TRIVIALIDADES POPULARES

Extraer del jocoso y arrabal cotidiano, sucesos que lo describan es tarea complicada, más no imposible. Siempre trascienden de una manera u otra, unas como anécdotas, otras envueltas en sentimientos que traspasan la línea generacional y otras tantas, plasmadas en documentos oficiales. Expongo en forma íntegra un caso minúsculo, acontecido a más de cuarenta años, esperando que los personajes centrales “lo vean por el lado amable” y al recordarlo, si es que así sucede; les recuerden sanos momentos. “En la Villa de Tamasopo, Estado de San Luis Potosí, siendo las 12:00 doce horas del día 10 díez del mes de Julio de 1970 mil novecientos setenta, ante el suscrito Alcalde Primero es decir ante el suscrito Síndico Municipal en funciones de Agente del Ministerio Público, que actúa con testigos de asistencia, comparecieron de una parte la señora IRENE LUNA VIUDA DE ORTIZ y por la otra el C. ARNULFO MATEOS DIAZ, mayores de edad y vecinos del poblado de Agua Buena, S.L.P., jurisdicción correspondiente a ésta Municipalidad, interrogados como corresponden acerca del motivo de su comparecencia dijo la primera, que el segundo tiene tiempo de molestarla por la siguiente razón que cuando se le pierden gallinas a él luego van a su casa y sacan de las que ella tiene y aunque aparezcan las de ellos nunca le vuelven las de ella, y cuando ella reclama lo que se saca es que luego el señor Mateos le dice que ella vale pura chingada y hasta le mientan su madre, y como ya cansada de estas anomalías ha recurrido ante ésta Autoridad. En uso de la palabra el segundo dice que niega lo que la primera dice, que cuando se llevan los animales es porque son de ellos y que respecto a que la injuria sí es cierto porque él acostumbra las maldiciones, pero que de ahora en adelante aunque se le pierdan sus gallinas no le harán perjuicios a la primera, por lo que el suscrito amonestó a un y a otro que no deben de molestarse en ninguna forma, que cuando menos si no son amigos que no sean enemigos y se les hace ver que el primero que empiece y venga ante ésta Autoridad se le oirá para ejercitar acción penal en contra de quien resulte responsable.- Con lo anterior se dio por terminada la presente diligencia que leída les fue, fueron conformes y firmaron. DAMOS FE”. (Rúbricas). Así, por el estilo, quedaron registradas infinidad de hechos, entre los hechos dichos y de ellos, cada cual sosteniendo su versión. Recuerdo también, haber leído muy superficial, el caso de un joven que montado en su vehículo bi-rodante, inesperadamente se vio sorprendido por robusta mujer que lo agredió a tal forma que tuvo que soportar heridas físicas ocasionadas por la descomunal fuerza de su atacante y que, de no ser por un amigo que aparece en la escena para interceder y separarle la mujer, la golpiza hubiese dejado inválido al agredido. En las declaraciones, la mujer dice que se encontraba en la orilla del río, bajo el “puente de oro”, lavando la ropa de su familia, cuando mira hacia arriba, en la carretera y claramente ve que un muchacho sobre la bicicleta le raya su madre, entonces, encolerizada asciende del río al Puente y arremete físicamente sobre el joven, hasta que otro muchacho los separa. Reconoce que golpeó, pero alega tener razones pues con su mamá nadie se mete. En contraparte, el joven agredido jura no ser cierto la versión de su agresora, que él se estaba despidiendo de su amigo y que quizás esas señas con la mano y brazo la señora las malentendió, pero que él ni siquiera la había visto, que de hecho la vio hasta que su amigo se la quitó de encima y que entre las señas de despido y la agresión calcula apenas algunos segundos ya que no había terminado de girar cuando fue derrumbado de su bicicleta. Y continúa el alegato, pero es de llamar la atención el poder que en el pueblo infunda una rayada de madre; ojalá nos atreviéramos a experimentar ese pronunciamiento con nuestros representantes deportivos instantes antes de sus enfrentamientos, para motivarlo claro está, solo para eso.