jueves, abril 30, 2009

SOLO EN TIEMPOS DE TUNAS


Al Pame solo cuando hay elecciones, no antes. La región étnica de nuestro bello Tamasopo es receptora sensacional de un turismo interno que dura dos meses aproximadamente, sus accidentados caminos se ven transitados como nunca, sus habitantes lejos de aprovechar el flujo demográfico con alguna actividad económica informal suelen asomarse tímida y atónicos, perplejos con tanto mestizo, los observan desde lejos, da la cruel impresión de que su fija mirada estudia profundamente el comportamiento del esporádico visitante.
Así, con la mirada recorre el escenario, entre la multitud, y de repente, su mirada se encuentra con otra mirada, vista que, al igual que aquél, recreaba la pupila recorriendo de pies a cabeza, de huarache a sombrero, y que cualquiera diría; también estudiaba, minuciosamente.
Inicia el discurso con las mismas palabras de siempre, con las mismas promesas de hace tres años, los proyectos y necesidades a satisfacer, las mismas frases de adhesión para señalar la indiferencia en que se encuentran, olvidados de Dios, del insensible gobierno que solo los ha engañado, utilizado y apartado.
“Pero eso habrá de cambiar”, señala el orador, “no más pobreza, no más miseria, nuestros hermanos xi `úi merecen una vida digna, con oportunidades, con más certidumbre, con más apoyos, con más beneficios”, con meloso y melódico léxico, se pregona admiración por la raza indígena que aún espera ver realizados sus anhelos, por esta gente que es orgullo cultural, que lucha constante por mantener con vida costumbres y tradiciones; así, poco a poco, lentamente, con suavidad, como acariciando un bronco bridón para montarlo.
Media hora después y aún prosiguen los elogios, “nuestros hermanos de La Palma”, “nuestras raíces olvidadas, hoy estamos contigo”.
Y entonces, corresponde el turno al de casa, a él no le agrada el micrófono, a pesar de su aspecto tímido y callado, suele hablar y, hablar fuerte, sin reglas gramaticales ni pudores sociales, expresa su sentir, seco, árido, duro pero sincero: “Ora si vienes pus quieres mi voto, pero ora te va costar”, y asunto arreglado, le llegan al precio.

ORDINARIO/EXTRAORDINARIO


Los nuevos valores políticos creen que la actividad ejecutada en las campañas políticas son cosa fácil, que con la experiencia de los viejos y su capacidad, sumado a ello los recursos económicos lo son todo. Pero que tan cierto es lo anterior.
La política es política, pero habría que reconocer que cada campaña es diferente y habría que abordarla en base a una experiencia pasada y con la adhesión de nuevas actitudes y modalidades pues también el ámbito electoral evoluciona; situación no asimilada por las viejas generaciones que ya perdieron sus cotos de poder y que no han podido allegarse de la romántica generación joven que pretende espacios, un respaldo absoluto.
Ya no bastan los clásicos amarres, las alianzas membretadas o los acuerdos sectoriales, la efectividad del proceso depende en gran medida, del alcance de las estrategias planeadas con el grueso popular, de las actividades vaciadas con ellos, los que votan, con las mayorías; líneas de trabajo que deberán “confiarse” al pueblo mismo para que las desarrolle con su misma gente.
La campaña política deberá hacerla el pueblo, entre más ordinarios sean los participantes más extraordinarios serán los resultados. Ello no incluye la coordinación ni la implantación de las medidas, el pueblo solo deberá concretarse a desarrollar lo sugerido por sus Coordinadores.
Se gana con votos, entonces se tendrá que descender la estructura activista para que ésta surja del sector del cual se desea obtener gran cantidad de adeptos; en cada punto demográfico deberá implantarse una célula y deberá inyectársele continuamente nutrientes para su crecimiento ideal y que eso permita una excelente cosecha de frutos, claro que el tiempo es un factor en contra, ahora duran menos, total que en dos meses ni la alfalfa se logra.
Los actores políticos precavidos poseen “redes” especiales en cada distrito electoral, pero éstas pierden efectividad cuando el coordinador o patrocinador de las mismas no es el candidato, aunque éste pretenda negociar posiciones basándose en el respaldo de “su gente”, al final, si no sabe balancear los beneficios de la negociación, perderá el control de sus equipos.
La actividad política es una batalla campal, entonces entre más elementos comunes se integren más probabilidades existirán de obtener la victoria, integrantes populares dirigidos, orquestados, armados y disciplinados con objetivos en común, con planes claros, sencillos y precisos; un equipo que apunte a la misma dirección.

LOS ENEMIGOS DE MIS ENEMIGOS


La literatura y la historia misma, son abundante océano de ideas y estrategias para implantar en la batalla campal que suelen ser las campañas políticas.
En nuestros aún pequeños pueblos es cómodo aplicar todavía algunas sugeridas hace ya algunos siglos por Maquiavelo y que, pueden encontrar -esa y muchas más- en El Príncipe.
Hernán Cortés aplicó algo sensacional: LOS ENEMIGOS DE MIS ENEMIGOS, SON MIS ALIADOS.
Con esa frase adecuó las circunstancias -de por sí ya favorables- para establecer pacto con muchas comunidades sometidas a la Triple Alianza con corazón en México-Tenochtitlán, el objetivo común pronunciado era acabar con el yugo impuesto por los Mexicas, derrumbar, aniquilar ese poder.
En el quehacer político, los personajes principales poseen enemigos naturales, solo es cuestión de invertir adecuadamente para establecer un objetivo central y funcional para todos, con esa alianza perversa se bloquean las aspiraciones del más fuerte; además de que ello provocaría varios frentes de ataque simultáneos hacia el mismo blanco, con el beneficio de avanzar en la penetración popular debido a lo plural del equipo conformado.
La dificultad es reunir a todos los contrarios para conformar ese equipo capaz de volcarse en contra del rival más fuerte. Ello origina que, el que tome la iniciativa sea precisamente el contendiente más fuerte para impulsar, por todos los medios, otras opciones alternas con la finalidad de que no se logre tal alianza; entiéndase que algunos participantes contienden para perder, es su manera de ganar y de permanecer en la jugada.
Dice la sabiduría popular, “divide y vencerás”, solo que, hay que saber dividir y la mejor forma para ello es iniciar la búsqueda de los enemigos de mis enemigos.

miércoles, abril 29, 2009

RECOMENDACIONES PARA UN DISCURSO SOÑADO


Para conquistar al electorado no es suficiente hablarle bonito, lo importante es, basar el discurso en minúsculos proyectos y en grandes amenazas de aplicar si se llegase a ganar. Sentencias vociferadas a todo pulmón sobre las autoridades en turno; siempre y cuando no sea de su tendencia política, eso al pueblo le gusta, le fascina, lo emociona e inconscientemente; se involucra. De igual manera, ridiculizar al contrario suele no solo ser divertido sino necesario; pero importante que jamás sea el candidato quien ataque, eso tendrá que planearse con sumo cuidado para que parezca espontáneo en los masivos eventos e ir rotando la participación y la temática a escupir.
Importante, muy importante, el candidato basará su discurso sobre las propuestas mientras sus “paleros” harán el trabajo sucio.
Lanzar retos abiertos y dejar escapar deliberadamente una que otra palabra mal sonante para dar énfasis y fuerza al discurso es sano, el espectador al escuchar la primera de ellas fijará completo su atención en lo que dice el orador y en ese momento deberá pronunciarse la consigna de “vamos a votar por un futuro mejor”, enérgico tono para que penetre el subconsciente de la plebe.
Así, cada vez que se presente una idea importante deberá subrayarse, hacer pauta y, volver a remarcarla.
Al pueblo lo que pida, y si éste se emociona con pizcas de agresividad planeada pues, un tanto más no hará daño.
Hablar de la trayectoria personal es un error, eso le dará armas a sus enemigos quienes de por sí, conocen más los tropiezos que los aciertos de la azarosa aventura llamada “curriculum vitae”.
Cuando aborde la tribuna o tome el micrófono procure que la audiencia le vea de cuerpo entero, tal como es para que de la impresión de que no oculta nada.
El discurso, el discurso. No lo llene de dulces y románticas propuestas, el pueblo ya esta cansado de siempre escucharlas, no repita las necesidades que se padecen; el pueblo de sobra conoce; curiosamente, mejor que usted, eso que intenta revertir. Lo mejor es ser creativo, sea innovador, original y ante todo, claro y directo: ¡concretito!

lunes, abril 27, 2009

LLUVIA DE CADA TRES AÑOS


Cada tres años, como si fuese algo cíclico, un nutrido grupo de aspirantes suelen involucrar al sentimiento popular que desea ver realizados pequeños anhelos, adhieren al proyecto sectorial sutiles tintes desesperados de porvenir, de progreso, desarrollo y justicia; pregonando un gobierno de puertas abiertas.
Se colocan su uniforme, toman sus escudos de color y salen al campo de batalla. Por armas llevan frases, papel y tinta, hermosos y eufóricos discursos al viento, sus movimientos levantan polvareda; como queriendo impresionar al rival.
Son botines las paredes, los postes, los parabrisas, los árboles, las piedras y todo aquel espacio físico que pueda proyectar una frase, una imagen o un color.
Participan en este fenómeno algunos cientos de personas pero solo alguna decena obtiene claros beneficios. Situación curiosa, absurda, nos permite apreciar el desborde de pasiones, amistades distanciadas, vecinos disgustados, familiares resentidos y hasta romances concluidos.
De la noche a la mañana, surgen virtudes y florecen atenciones en personas indiferentes, antes cohibidas y hoy socialmente desenvueltas; saludan a todo mundo como si se tratara de viejos amigos. Al honesto le cuelgan gratuitamente favores, al no tan honesto le crean actos gloriosos y lo desnudan para cobijar al pobre. En un momento dado, inician unos y continúan otros, ropa ajena, patrimonios dudosos, historial negro e ideas renegridas, años de servicio y años de servirse.
Como esperada precipitación fluvial, las campañas políticas en nuestro pueblo también generan, como primavera en la floresta, un nuevo ambiente. Reverdece el ánimo -al menos de los candidatos y sus seguidores inmediatos-, se respira un optimismo social y se percibe un estado reconfortante equilibrado por las promesas de un futuro cercano que nunca habrá de llegar.
Me agradan las campañas políticas en mi pueblo, son excelente terapia que rompe la monotonía impresa por la cotidianidad, son escaparate oportuno de oportunistas, es magnífica plataforma para hacerse notar, para hacerse ver a la luz pública, para desahogarse de emociones reprimidas o contenidas; dispuestas a brotar desde lo más profundo de la humildad, del amor al prójimo y a su condición de subdesarrollado.
Me gusta, lo confieso, escucharle a mi pueblo expresar con emotiva sinceridad las peripecias, las dificultades y las acciones salomónicas de tal o cual candidato; siempre cierra su diálogo diciendo: ¡esos son los buenos!
Y para estar al día, hablemos de campañas.

DR. GABRIEL COMPEÁN MARTÍNEZ

  DR. GABRIEL COMPEÁN MARTÍNEZ 1925-1997     Es el Doctor Gabriel Compeán Martínez un hombre recordado por su alto espíritu de servi...