SOLICITUD DE ARMAS DE FUEGO

Por razones obvias en un medio rural como el nuestro, más en 1930, el Presidente Municipal se convierte no solo en la representación civil o en la justa instancia de poder, además de ello, suele verse asediado con solicitudes y peticiones comprometedoras, otras veces con favores inocentes que ocultaban armas de dos filos; en fin, expongo dos cartas, en donde además de la solicitud de armas se refleja un tanto el escenario que envolvía a los personajes de aquél recién nacido Municipio nombrado “Villa de Tamasopo”.

“Las Canoas, S.L.P. Enero 29 de 1930.
Señor D. Gerónimo Reyes
Presidente Municipal
Tamasopo, S.L.P.

Muy señor mío, estimado y fino amigo:

Saludándolo con el afecto de siempre, vuelvo a molestarlo una vez con el contenido de la presente, pues hasta la fecha no tengo respuesta de tres notas que por diversos conductos le mandé a la Cebadilla –lugar de residencia del señor Gerónimo Reyes-.
Como usted bien lo sabe compañero, por los varios enemigos gratuitos que me he adquirido por defender los intereses del Ejido de La Palma, me es sumamente indispensable traer siempre a la mano una arma, y como hace tiempo que me robaron la mía, y dado mis crecidos gastos de familia, no me ha sido posible hacerme de otra que me pueda ser útil, pues hasta hoy he andado de prestado, trayendo hace dos meses una del Presidente del Comité del Ejido de Las Canoas de Cárdenas, pero como ya me da pena retenérsela por tanto tiempo, quiero ver si consigo una que no me resulte muy costosa para cuyo objeto mucho se lo agradeceré e infinitamente se lo estimaré, que si tiene por allí una a la mano que me pueda proporcionar, haber en que condiciones me la puede dejar.
Con anterioridad supe que usted tenía una Calibre 38 Especial Smith and Wetson, y una 32—20, pero tal vez ya no tenga ninguna de ellas, y en este caso como allí es lugar donde fácilmente caen pistolas, haber si de casualidad encuentra posible proporcionarme una, suplicándole considerarme por no poder hacer el desembolso de un junto.
Aprovecho la oportunidad para felicitarlo por haber llegado a ocupar tan merecido cargo, y ya sabe que si en alguna cosa le llegara a ser útil, no tiene más que ordenarme que con todo gusto colaboraré en todo lo que me sea posible hacerlo.
Si no le fuera molesto, le ruego que me haga favor de que con el mismo portador de la presente, compañero Merced Rodríguez, me conteste y si tuviera a la mano alguna pistola que no sea Escuadra, mandármela también con él diciéndome en que condiciones puede dejármela.
Sin otro particular por el momento, sírvase aceptar como siempre las seguridades de mi particular estimación, siéndome grato repetirme como siempre de usted.
Afmo. Amigo Atto. Compañero y S.S.
José Morales O.”

El 27 de marzo, del mismo año, el señor Joaquín Díaz, vecino de Tamasopo, además de solicitarle un arma le propone ser admitido como “agente confidencial” o algo similar. Veamos dicho texto:

“Respetable Sr. Por medio de la presente me permito dirigir a usted estas mal forjadas sílabas con el único fin de inferirle una molestia.
Si ha bien lo tiene facilitarme una pistola que se que tiene y si le es posible, vendérmela , le ruego muy atentamente me indique el precio en que usted la deja, anticipándole que por la amistad que me une con usted me constituirá en agente confidencial de este Municipio, si usted lo considera que le puedo servir de algo dentro de la reservado, y solo haré en bien de la sociedad hacer lo posible en descubrir las ratas, que como se observa con frecuencia visitan estos lugares y centros de vicio.
Pero no se apene en negarme mi petición que hago si dentro de sus posibilidades, usted no le es posible mi proposición que hago.
Pero antes de todo le ruego dentro de lo particular en que tome en cuenta la sinceridad, de mi adhesión, para con todos mis favorecedores que me han hecho objeto de muchas consideraciones, durante la estancia nuestra en este lugar, por lo que de toda voluntad me anticipo en dar a usted las más repetidas gracias, quedando de usted. Atto. y S.S.”