LA OBEDIENCIA ANTE TODO

“Cuando la producción de azúcar y mieles incristalizables producidas en el Ingenio de Agua Buena eran transportadas en su totalidad por vía ferrocarril, esto se hacia en la estación de Tamasopo y para este menester toda la documentación relacionada con los embarques, estaba bajo el encargo de don Filemón Rivas quien todos los días se trasladaba a Tamasopo para documentar los citados envíos.
Por otra parte, en el sitio de taxis había un personaje llamado Pablo (alias) “La burra”, que laboraba como chofer de estos autos, por lo que un día de tantos a don Filemón se le hizo tarde y solicito los servicios de “La burra” para que lo trasladara a la estación haciéndole la aclaración que le urgía llegar rápido a lo cual la burrita presto toda su atención, don fili como se le conocía, tenia la costumbre de andar chasqueando los labios constantemente, por lo que cuando iban en camino a Tamasopo aquél chasqueaba con frenesí sus labios y Pablo “La burra” cada que chasqueaba uno imprimía más velocidad el otro, por lo que en una de esas voltea don fili y le dice muy serio y preocupado a Pablo: “oiga burrita esta bien que llevo prisa pero no es para tanto ,va usted muy rápido”, a lo que Pablo “La burra” le contesta “púes como no quiere que lleve este paso si desde que se subió al taxi no hace mas que estarme arriando acuérdese que a los equinos se les arría a chasquidos”.
La anécdota se la debemos a Carlos Cruz Castro.
Efectivamente, de Agua Buena a Tamasopo existía un “Taxi”, una plataforma acondicionada para transporte de gente halada por una burrita; de ahí el apodo del conductor.
En el lugar donde ahora se encuentra la carretera entre ambos pueblos se ubicaba la vía férrea utilizada tanto por la plataforma como por algunas de las varias máquinas del Ingenio para transportar la caña al interior de la factoría o mieles o azúcar al exterior de la misma.
El relato en referencia surge en el momento en que ambos transportes chocan, el resultado solo se cuantificó con pérdidas materiales; aunque casi todos resultaron con heridas leves.
La causa del accidente se origina cuando precisamente, don Filimón Rivas obliga a “La burrita” a que lo traslade a Tamasopo cuando aún no era la hora de salida y, por tratarse de un obrero distinguido, Pablo accede ante la necesidad de aquél y sí, por la supuesta prisa la plataforma iba a más velocidad de la acostumbrada y confesaron los pocos pasajeros; posteriormente, que el accidente pudo haberse evitado pero la velocidad de la burrita ya no permitió ninguna maniobra. El accidente fue en la noche, los maquinistas culpaban a “La burrita” y él a ellos; lo cierto es que cada medio de transporte tenía su horario para transitar para evitar precisamente accidentes y, uno de ellos, no acató las reglas.
De ello el pueblo inmediatamente en broma, inventó la anécdota combinando los “chasquidos”, el apodo de “La Burrita” y la inmoderada velocidad causante del accidente.