MEDIDAS ASUMIDAS 1956

“AL PUEBLO EN GENERAL:
POR MEDIO DEL PRESENTE SE LES NOTIFICA QUE A PARTIR DE ESTA FECHA, QUEDA COMPLETAMENTE PROHIBIDO DURANTE LOS DÍAS CONSIDERADOS COMO LABORABLES TRANSITAR POR EL POBLADO SALVO EN LOS CASOS QUE SEAN DE URGENTE NECESIDAD.

1).- Salidas a viajes fuera de la población, o a vigilar las labores de campo.
2).- por tener enfermo en casa y tener la necesidad de recurrir al médico o a particulares según el caso de que se trate.

LO ANTERIOR OBEDECE A QUE ULTIMAMENTE HAN LLEGADO ANTE ESTA AUTORIDAD INNUMERABLES QUEJAS DE ROBOS POR PARTE DE LOS VECINOS DE ESTE LUGAR, Y CON EL FIN DE EVITAR ESTE ESTADO DE COSAS, SE HA HECHO NECESARIO FIJAR LA PRESENTE REGLAMENTACION, EN LA INTELIGENCIA DE QUE, LA PERSONA QUE DESOBEDEZCA ESTA ORDEN, SERA DETENIDA EN LA CARCEL PREVENTIVA, HASTA EN TANTO SE HAGAN LAS INVESTIGACIONES CORRESPONDIENTES.

ATENTAMENTE
Agua Buena, S.L.P. Noviembre 8 de 1956
DELEGADO MUNICIPAL
ANTELMO ZUÑIGA PAEZ”.

Como la situación continúa alarmante, se reúnen en la Delegación la mayoría de los comerciantes del pueblo, acuerdan pagar a un Comandante de Policía que se encargue de la vigilancia no solo del poblado, sino en especial, de los locales comerciales debido al incremento considerable de robos, riñas y lesiones a causa de la embriaguez. La cooperación quincenal, fijada entre ellos, es como sigue: Sra. Guadalupe Olvera $10 pesos, Felipe Rodríguez $20 pesos, Héctor Méndez $10 pesos, Justo Castro $6 pesos, Juana Pérez Ramos $10 pesos, Juana Moreno de Zavala $5 pesos, José Ma. Torres $5 pesos, Benito Castillo acude en representación de V. Mateos, y su cooperación se fija en $5 pesos, Manuel Olivares $5 pesos, Pedro Hernández $5 pesos, Julián Martínez $5 pesos y Alfredo Anaya $2 pesos.

Los esfuerzos por combatir la delincuencia con tendencia al robo domiciliario y los múltiples pleitos de cantina, aunque bien intencionados, se veían rebasados, hay que agregar que, las autoridades municipales de Tamasopo solo eran espectadores cuando bien iban las cosas, pero su cotidiana actitud incluía oídos sordos.
Una vez iniciada la Zafra, ya en Diciembre, la situación cambiaba en extremo, arribaba un Batallón del Ejército, se establecía en “El Cuartel” y asumía como una de sus tareas, el orden social y la vigilancia del pueblo, de tal manera que, aunque la moneda giraba con más ímpetu la sola presencia bélica aminoraba y contenía los excesos de ese escandaloso sector.