AVENTURA EN CARRETERA

El 20 de Junio de 1967, cerca de las 15:30 horas aproximadamente el señor Valeriano Huerta Fortuna, de 51 años de edad, vecino de Las Joyas, originario de La Labor, Municipio de Cárdenas, S.L.P., aborda en El Crucero de Tamasopo un autobús de pasajeros de Transportes Vencedor proveniente de Rioverde y con destino a Ciudad Valles; la unidad, pues el pasajero había adquirido su boleto para Los Cuates, el “Número 7 Huasteco” conducido por J. Pilar Martínez Montes, joven de 29 años, casado, vecino de Tamasopo, pero originario de Atarjea, Guanajuato, venía con exceso de tripulantes (68 pasajeros) así que el señor Huerta realiza el trayecto del viaje sentado en los estribos posteriores a la puerta, al aproximarse a “La Pedrera” (punto de donde se extraía material durante la construcción de la rúa), empieza a agredir verbalmente al chofer diciéndole: “Te mato”, entonces Martínez Montes se percata de que el insulto es para él, además de reconocer que su agresor venía muy ebrio le observa una pistola en la mano, entonces disparó un primer tiro hacia abajo, hacia el piso del propio autobús, al detonar el arma toda la gente se “arremolinó” en la parte trasera, otros tantos que venían junto a él, “casi se me echan encima, no para protegerme sino para retirarse del tirador” –expresa en su Demanda-, “cuando llegué a la pedrera me dijo “BUENO, TE VAS A PARAR O TE MATO” y yo le dije, sí señor, y cuando traté de parar el autobús me dijo “NO NO SIGUELE” y fue cuando disparó el segundo tiro pero también lo hiso al piso, entonces a mí me disparó el tercer tiro pegándome en la pierna derecha pero como traía cuatro pesos de plata en uno tocó la bala y fue como se logró que el señor Huerta no lograra incrustarme la bala pues lo que sucedió fue una quemada por la misma bala ya que el peso fue el que me salvó, al ver aquello lo que hice fue detener el autobús y me levanté inmediatamente del asiento y desarmé a dicho señor y abriendo yo la puerta del autobús lo bajé del mismo y me subí nuevamente al autobús y seguí manejándolo aunque realmente apenas podía hacerlo porque en ese momento me sentía bastante mal de la pierna hasta que llegué a Ciudad Valles, el cobrador (José García) me decía que me ayudaba a manejar pero viendo que llevaba mucho pasaje y previendo las cosas no quise hacerlo, y yo mismo manejé hasta Valles, llegando allá estacioné el autobús y me fui a la terminal y denuncié los hechos y entregué la pistola, y tengo entendido que de la terminal avisaron a la Comandancia de Policía y de allí pasaron a recoger la pistola, con los tres tiros quemados, el peso y un veinte; quiero hacer la aclaración que de Rioverde salí a las dos de la tarde, y al Entronque de éste lugar llegué a las tres y media de la tarde, y cuando sucedieron los hechos fue como a las cuatro quince de la misma tarde…”

En el interrogatorio que diera una vez excarcelado, Valeriano Huerta Fortuna, expresaba que: “le dije al chofer que yo iba a Las Joyas que por favor allí me bajara, tantito antes de llegar al rancho le recordé al chofer que iba a las Joyas, y que me hiciera favor de bajarme cuando ví que ya habíamos llegado al Rancho y no se paraba le indiqué que allí iba yo, pero no se paró, más allá le volví a insistir que me bajara porque yo iba a las Joyas y tenía urgencia de llegar porque había una Junta Ejidal, pero no se paró, por tres ocasiones le supliqué al chofer que parara para bajarme peo no lo hizo, entonces el chofer me dijo que yo allí iba bien, que me iba a llevar a Valles a pasearme, y yo le dije que con que me regresaba, que yo ya no traía dinero, y viendo que el chofer y que es precisamente J. PILAR MARTINEZ MONTES no paraba el autobús para lograr que parara saqué mi pistola calibre 38 Smit-Hueso, cuya matrícula no la recuerdo, y con la misma disparé dos veces al piso del autobús y viendo que ni así lograba que Pilar parara el autobús comprendí que éste si iba a cumplir su capricho de llevarme a Valles, tiré otro disparo al asiento donde iba sentado el chofer que es el propio Pilar para amedrentarlo y lograr que parara el autobús pero nunca pensé que le fuera a pegar a él el tiro, entonces fue cuando Pilar paró el autobús y se levantó del asiento, me desarmó y me bajó, esto fue llegando a Chupaderos también de éste Municipio, ya de allí me vine a pie hasta mi rancho que es Las Joyas, y apenas me había acostado cuando llegó la Policía de éste lugar y me aprehendió…”