viernes, septiembre 04, 2015

EXPEDIENTE DE ROBO POR OCHOCIENTOS PESOS


A continuación expongo íntegro el Expediente de robo de ochocientos pesos, acontecido el 7 de julio de 1929 en la Casa Hacienda de Agua Buena, una investigación que pasa por las manos de todas las autoridades sin que éstas lleguen al esclarecimiento del hecho. Aunque en su desarrollo, aparecen minúsculos destellos para proseguir la indagatoria, ésta se paraliza sin más explicación.

“ACTA.- En la Hacienda de Agua Buena, Cabecera Municipal del Municipio de San Nicolás de los Montes, en las primeras horas del día 8 de Julio de 1929 mil novecientos veinte nueve, el suscrito Presidente Municipal Interino tuvo conocimiento por el señor Hipólito Florencio, que en la Casa Hacienda se acababa de cometer un robo. Inmediatamente me presente ante los señores Roane para tomar algunos datos precisos acerca del acontecimiento, y se me informó lo siguiente: El seño J. R. Roane empezó diciéndome que le acababan de robar $800.00 ocho cientos pesos a su cajero; que dos individuos se habían presentado ante él, y que con pistola en mano lo habían acometido. En seguida me dirigí al C. Comandante de Policía, y a la Defensa Social para que prestaran sus servicios y ver si se podían capturar a los ladrones; una vez reunidos, nos dirigimos a distintas partes de la Hacienda en persecución de los rateros, pero por todas partes, nada se pudo encontrar, ni a personas que presentaran sospechas,. A las cuatro de la mañana nos dirigimos a la Estación de Tamasopo para inspeccionar el camino y llegar hasta escrudiñar los coches de pasajeros, pero por más pesquisas que se hicieron, no se encontraron los ladrones. Dos horas después, o sea a las seis, nos devolvimos de la Estación para la Hacienda, reuniéndonos con el C. Síndico del H. Ayuntamiento, y trasladándonos a las Oficinas del señor Roane; y teniendo que tomar algunos datos del cajero señor Luis L. Solchaga, se le notificó que se presentara en la Oficina, y cinco minutos después nos empezó a informar en la siguiente forma: Eran precisamente las veinte tres horas del día siete, o sea del día de ayer, cuando estaba yo en la Oficina, y en esa hora iba ya a guardar la caja del dinero en la Caja Fuerte cuando se presentaron dos individuos enmascarados, con pistola en mano, y sin pronunciar una palabra, se dirigieron hacia mí, uno se aproximó y me cogió la caja del dinero, el otro cerró el apagador, y una vez apoderados del dinero se salieron para afuera. Inmediatamente le di aviso al señor García que es el jefe del Departamento de Contabilidad, y me dijo que avisara a los señores Roane. Esto todo lo que nos pudo proporcionar el señor Luis L. Solchaga. Hechas las presentes investigaciones, nos devolvimos a la Presidencia Municipal, a las ocho horas y treinta y cinco minutos para seguir el presente juicio. DAMOS FE. El Presidente Municipal Interino, Cristóbal Mendoza. El Secretario, Espiridión Montoya. El Síndico del H. Ayuntamiento, Santos Y. Gómez. El Comandante de Policía, Gabriel Castillo. El Jefe de la Defensa, Sotero Torres.

Agua Buena, Julio 9 de 1929; siendo las 13 trece horas del día nueve de Julio de mil novecientos veintinueve, el C. Presidente Municipal en conjunción con el C. Síndico del H. Ayuntamiento, en vista de lo anterior, y para hacer constar un juicio determinaron llamar al señor Luis L. Solchaga para que declarara detalladamente el acontecimiento del robo ocurrido en la Oficina de su cargo, en la misma hora, presente el señor Luis L. Solchaga, dijo llamarse como queda dicho, originario de “La Unión”, Estado de Guerrero, casado, de 26 veintiséis años de edad, empleado, y vecino de esta Hacienda.- Interrogado. A qué horas llegó a la Oficina de su empleo? Dijo: Llegué como a las siete de la tarde y luego empecé a trabajar como de ordinario. ¿Quién estaba en la Oficina cuando llegó? Dijo: Estaba el señor Roane, el señor García, el señor Gutiérrez, Rivas y Moreno. Interrogado, ¿A qué horas se retiraron los señores de la Oficina? Dijo: Como a las ocho. Interrogado si en seguida se quedó solo, dijo: Sí, pero como a las diez y media volvieron los señores Roane, y el mozo también estuvo ahí. Interrogado, ¿a qué horas se retiraron? Dijo: Luego en seguida, no estuvieron más que unos dos o tres minutos. Interrogado, que asuntos lo detuvieron hasta esas horas? Dijo: Arreglando la caja porque tenía que hacer entrega de ella. Interrogado, si tenía que hacer recuento del dinero? Dijo: Lo saqué de la caja y lo puse sobre la mesa para contarlo. Interrogado, donde estaba instalada la caja, dijo: En la Gerencia, en la pieza de en medio. Interrogado, en qué pieza puso el dinero para contarlo? Dijo: Allí mismo, nada más de la caja a la mesa. Interrogado que movimiento hiso con el dinero y a dónde lo cambió? Dijo: De la mesa a la cajita de madera, y de allí lo llevaba para la caja fuerte. Interrogado si podía comprobar que alguien vio que movió el dinero de la caja para la mesa? Dijo: Cómo no, ahí estaba el mozo que vio cuando lo tenía sobre la mesa. Interrogado. ¿Cómo se llama el mozo? Dijo: Hipólito Florencio. Interrogado ¿Qué palabras emplearon los rateros cuando le arrebataron el dinero? Dijo: ni una sola palabra, entraron callados, nada más me apuntaron con las pistolas y uno de ellos me quitó el dinero.- Interrogado si podía dar una filiación de los rateros, dijo: No, porque iban enmascarados. Interrogado si tenía pistola en la Oficina, dijo: No la tenía a la mano, la pistola estaba guardada en una caja. Interrogado. ¿Qué estatura presentaban los rateros? Dijo: Yo no pude fijarme en ellos, solo lo que vi que el que me quito la caja traía vestido azul, y de lo demás no pude fijarme porqué fue una sorpresa para mí, y más bien fue cosa de un momento. Interrogado, ¿Qué hiso después de lo acontecido? Dijo: le avisé al señor García, dijo, en su habitación. Interrogado, que hiso el señor García cuando le dio la noticia? Dijo: Me ordenó que le avisara al señor Roane.- Interrogado. ¿Qué resolvió el señor Roane? Dijo: Nada más se levantó y me ordenó llamar al Presidente Municipal y a Don Emilio. Interrogado. Después de todo lo acontecido a dónde se retiró usted? Dijo: Me retiré a mi casa. Interrogado, ¿cómo a qué horas llegó a su casa? Dijo: Serían después de las doce. Interrogado. ¿Quién más había en su casa? Dijo: Nada más Aurelio Zúñiga, pero él estaba dormido. Interrogado si ya no había salido en toda la madrugada, dijo: No, hasta que me hablaron en la mañana. Así lo declaró y firmó al margen.

A la quince horas del mismo día se notificó al señor Hipólito Florencio, y preguntados sus generales, dijo llamarse como queda dicho, Hipólito Florencio originario de Tampico, Estado de Tamaulipas, de 20 veinte años de edad, soltero, de profesión campesino.- Interrogado, a qué horas llegó el señor Solchaga a la Oficina? Dijo: No supe a qué horas llegó pero a las diez que fui a cerrar las Oficinas ahí estaba él. Interrogado si lo vio cuando él estaba en su trabajo, dijo: Sí señor, estaba en su escritorio. Interrogado, ¿qué horas era cuando lo vio por última vez en esa noche? Dijo: La última vez que lo vi estaba con Mister Roane, y que serían las diez y cuarto. Interrogado, ¿Qué operaciones hacía el señor Solchaga cuando usted se presentó? Dijo: Estaba escribiendo. Interrogado si no vio más personas que lo acompañaran? Dijo: No señor. Interrogado si vio algún dinero en la mesa, dijo: Sí señor, vi un dinero en las cajitas. Interrogado, ¿Cuándo salió de allí a dónde se dirigió? Dijo: Para mi cuarto. Interrogado, en dónde está su cuarto? Dijo: Es el cuartito chico que está aquí en frente. Interrogado, con qué objeto entró allí? Dijo: A dormir. Interrogado sobre si ya no salió en la madrugada, dijo: No señor. Interrogado, quién más duerme con usted? Dijo: Nadie más. Interrogado cuánto tiempo duró despierto después de que se acostó? Dijo: Como unos cinco minutos. Interrogado si no se dio cuenta de lo que pasó en la noche? Dijo: No señor. Interrogado si estaban cerradas todas las puertas? Dijo: Sí señor, todas estaban cerradas, yo mismo las cerré, y la del corral la cierra el caballerango. Interrogado, qué otros mozos hay ahí? Dijo: En el patio nada más yo, en el corral está el caballerango, y José el cocinero. Así lo declaró y firmó al margen.

A las 16 dieciséis horas del mismo día se notificó al señor Ramón Cantú, y preguntadas sus generales, dijo llamarse como queda dicho, Ramón Cantú, originario de España, Estado de Lugo, de 21 veintiún años de edad, soltero, de profesión jornalero. Interrogado, ¿a qué horas se acostó la noche que robaron la Casa de la Hacienda? Dijo: Faltaba un cuarto para las once. Interrogado, si tuvo conocimiento de dicho robo, dijo: Que no, que hasta el otro día supo lo ocurrido. Interrogado si vio cuando salió el señor Solchaga, dijo que no. Interrogado si vio cuando salió el señor Roane de la Oficina?, dijo que no había visto, que el mozo le había dicho que él había visto cuando Solchaga había ido a avisarle al señor Roane.- Interrogado si notó que hubiera alguna puerta abierta? Dijo que no se había dado cuenta, que de la única que supo, fue que está por el lado de la cocina, pero que estaba bien cerrada. Fue lo único que declaró, y firmó al margen. Damos Fe. Presidente Municipal Interino, Cristóbal Mendoza, Síndico del H. Ayuntamiento, Santos Y. Gómez, El Secretario, Espiridión Montoya.

Agua Buena a 10 de Julio de 1929, siendo las diez horas del día diez de Julio de mil novecientos veintinueve, el C. Presidente Municipal Interino en vista de las anteriores declaraciones dadas por los señores Luis L. Solchaga, Hipólito Florencio y ramón Cantú, dijo: no teniendo probabilidades ni sospechas en los señores mencionados; ni habiendo encontrado ninguna pista de los rateros que acometieron de improviso al señor Luis L. Solchaga, ni habiendo encontrado datos verídicos acerca de lo acontecido, consígnense las presentes diligencias directamente al C. Síndico del H. Ayuntamiento, para que haga las investigaciones correspondientes a los hechos, y siga el juicio en contra de los asaltantes.
El subscrito Presidente Municipal Interino, hace constar lo siguiente: Primero: Que según datos recibidos del señor Solchaga dos hombres enmascarados le robaron a su propia vista la cantidad de ochocientos pesos que tenía en contabilidad en la oficina de su dependencia, en la noche del siete de Julio actual, a las veintitrés horas. Segundo, que el señor Luis L. Solchaga quedando atónito del espectáculo y sorpresa que acababa de recibir, pasó a la habitación del señor García para notificarle lo acontecido. Tercero, que el señor García le ordenó que diera aviso al señor Roane. Cuarto, que el señor Roane ordenó al señor Solchaga que le hablara al Presidente Municipal, y al señor Emilio V. Ortiz. Quinto, que después de lo acontecido Luis Solchaga se retiró al cuarto de su habitación. Sexto, que una vez reunidos, el Presidente Municipal, el señor Ortiz, la Policía Municipal y el Jefe de la Defensa, se dirigieron a diferentes partes de la Hacienda en persecución de los ladrones. Séptimo, que no encontraron señales, ni personas sospechosas sobre lo acontecido, y llegadas las cuatro del día ocho, se dirigieron a la Estación de Tamasopo para ver si en el tren de pasajeros se embarcaban, y que si así sucedía, se capturarían. Octavo, que no habiendo encontrado a los dichos individuos, a las seis de la mañana se devolvieron para la Hacienda. Noveno, que llegados a la Hacienda comunicaron lo acontecido al C. Síndico, el cual se reunió a ellos dirigiéndose a la Casa, o sea a las Oficinas para examinar las diferentes entradas, zaguanes, puertas, ventanas, y finalmente revisar las bardas que fortalecen a la citada Hacienda. Décimo, que hecho todo lo anterior,, resultó que no se encontraron huellas de ninguna especie por más minucioso que se ejecutó el acto.- Décimo Primero, que no se encuentra culpabilidad en el señor Solchaga por haber sido las horas que, según dice acostumbraba para trabajar en su Oficina, y más porque es notorio que así se han ejecutado algunos robos y, Décimo Segundo, que en Hipólito Florencio se nota alguna culpa de responsabilidad por haber declarado que se había dormido como a los cinco minutos después de que se acostó, y al siguiente día le comunica a Ramón Cantú que había visto a Solchaga cuando fue a dar aviso al señor Roane.- Por lo expresado, pásese el Expediente al C. Síndico del H. Ayuntamiento, para que haga las aclaraciones correspondientes, pidiéndole que dé el debido cumplimiento. Así lo dice el Presidente Municipal Interino. Doy Fe. Rúbrica.

Agua Buena a 11 de Julio de 1929; siendo las 15 quince horas del día once de Julio de mil novecientos veintinueve se recibió el anterior escrito.- El C. Síndico del H. Ayuntamiento en vista de las anteriores diligencias consignadas por el C. Presidente Municipal Interino, para dar cumplimiento a lo dispuesto por el H. funcionario, procédase, llámese a los citados señores Luis L. Solchaga, Hipólito Florencio y Ramón Cantú.

A las diecisiete horas del mismo día se presentó el señor Luis L. Solchaga, y media hora después, el señor Hipólito Florencio, y a las dieciocho el señor Ramón Cantú.- Habiendo observado detenidamente las declaraciones de los ya citados señores, resultó que fueron ratificadas en todas sus partes, y no encontrando causa para proceder en su contra, la Oficina de mi cargo acordó manifestar lo siguiente: con fecha nueve del actual se ordenó que provisionalmente se pusiera en detención al señor Luis L. Solchaga por si se llegara a notar alguna culpabilidad, y una vez hecho lo anterior se dio lugar a largas premeditaciones para poder seguir un juicio prescrito, resultó de la deliberación que no se les encontró causa a los citados señores de que se ha hecho referencia, y que a más de lo dicho, el señor Luis L. Solchaga con fecha diez del actual, hiso solicitud de su libertad provisional bajo fianza, amparándose con el Artículo Veinte de la Constitución General de la República; y proponiendo como fiador al señor Sixto Zúñiga, y que dicho señor nos es bien conocido.

El C. Síndico en vista de lo anterior, ha venido a las conclusiones siguientes:

1/o. Que las presentes diligencias consignadas por el C. Presidente Municipal, han salido de acuerdo con las de los señores mencionados.
2/o. Que igualmente la consignación la ha juzgado en idéntica forma, por no haber encontrado sospechas en dichos hombres, no encontrándose tampoco a los responsables del hecho.
3/o. Que por más pesquisas que se hicieron no se encontraron los perseguidos que acometieron al señor Solchaga y,
4/o. Que se consigna el Expediente al C. Alcalde Primero Constitucional, para que conozca el juicio que se formó, y previniéndole que siga la información de los sujetos para castigarlos como lo marca la Ley, adjuntándole la solicitud hecha por el señor Solchaga, a fin de que sea digna.
Así lo dice el C. Síndico del H. Ayuntamiento en representación del Ministerio Público. DOY FE, El Síndico del H. Ayuntamiento, Santos Y. Gómez.

Se recibieron las presentes diligencias a las 10 diez de la mañana del día 15 quince del corriente mes de Julio del corriente año. Lo anoto. Nabor Zamudio (Rúbrica).

Agua Buena, Julio diecinueve de mil novecientos veintinueve, por recibidas estas diligencias que consigna el Ministerio Público, con motivo del robo de ochocientos pesos que dos individuos cometieron en la Oficina del Cajero Luis Solchaga.

Prosígase la investigación por este Juzgado, hasta el esclarecimiento pleno de quienes sean los autores del delito para que procediéndose a su aprehensión se les aplique la pena que la Ley determine. Compruébese por el dueño del dinero robado, la propiedad, pre existencia y falta posterior, conforme al artículo del Código de Procedimientos Penales. Tómesele la declaración correspondiente a los señores J. R. Roane, L. R. Roane, Roberto García, Tenedor de libros, y a Rodrigo Gutiérrez. Y por cuanto a que el señor Luis Solchaga no aparece plenamente justificado su responsabilidad por la parte que pudiese tener en el citado robo, este Juzgado no estima procedente proceder en su contra, porque sería una violación Constitucional restringirle su libertad únicamente por simples sospechas que no están respaldadas por ningunas pruebas que las hagan inverosímil, pues el artículo 16 de la Constitución General de la República determina que nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de Autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento. No podría librarse ninguna orden de aprehensión o detención, a no ser por la autoridad judicial, sin que esté apoyada en declaración bajo protesta, de persona digna de fe o por otros datos que hagan probable la responsabilidad del inculpado… Igual teoría define y requiere el artículo 161 del Código de Procedimientos Penales.- En consecuencia, este juzgado decreta no haber lugar por ahora, a proceder a la detención de Luis Solchaga, quedando en absoluta libertad, a reserva de proceder en su contra cuando haya bastantes méritos para ello. Y como la solicitud bajo fianza que elevó al C. Presidente Municipal no es para este Juzgado, ni se dio al trámite de Ley, queda sin efecto en virtud de este auto. Así lo decreto y firmo, el C. Nabor Zamudio Alcalde Único Constitucional que actúa con testigos de asistencia. DAMOS FE. Nabor Zamudio, Zúñiga, Hernández.

En seguida, notificados del auto anterior, el Síndico Municipal y el Sr. Solchaga, de enterados dijeron que lo oyen y firman de conformidad. Rúbricas.

En la Hacienda de Agua Buena, S.L.P. Cabecera Provisional de San Nicolás de los Montes de este mismo Estado, siendo las 11 horas del día veintitrés de Julio de mil novecientos veintinueve, presente el señor R. L. Roane, ante este de mi cargo para tomársele su declaración respecto al robo perpetrado el día siete del presente, dijo llamarse como queda dicho, R. L. Roane, de treinta y dos años de edad, casado, originario de Jeanerette, Lousiana, Estados Unidos del Norte, dijo: A las 10:15 p.m. (veintidós horas quince minutos) salimos de la oficina mi hermano J. R. Roane y el señor Joe Doll, dejando en la misma oficina al señor Luis L. Solchaga, y nos dirigimos a nuestras habitaciones para recogernos.- Como a las veintitrés quince minutos oí que alguien subía las escaleras de mi casa y luego bajaba. Me levanté y vi en la puerta al señor Luis L. Solchaga, y cuando le pregunté que deseaba él me digo que dos individuos enmascarados habían entrado a la oficina y le habían robado unos ochocientos pesos que él estaba contando para balancear sus operaciones y poder entregar la Caja el día siguiente a un nuevo cajero que habíamos traído para este trabajo. El señor Solchaga no pudo dar descripciones ningunas de estos individuos. Únicamente digo que estaban enmascarados; no habiéndose fijado si tenían sombreros, habiendo manifestado que cada uno llevaba revolver. El suscrito fue enseguida a la oficina y encontró todas las cosas en orden. Únicamente estaba abierta la puerta de la oficina que da salida a la calle. Todas las otras puertas estaban cerradas y no se pudo ver por donde hubiera podido entrar alguien. Inmediatamente mandamos al señor Luis L. Solchaga a que pusiera en conocimiento de la Autoridades Municipales el caso. Es todo lo que yo conozco del asunto.- Ratificó lo expuesto y leído que le fue firmó al margen. Damos Fe.

En la Hacienda de Agua Buena, S.L.P. Cabecera Provisional de San Nicolás de los Montes, de este mismo Estado de San Luis Potosí, siendo las once y media horas del día veintitrés de Julio de mil novecientos veintinueve, presente el señor Rodrigo Gutiérrez M. ante este de mi cargo para tomársele su declaración respecto al robo perpetrado el día 7 del presente, dijo, llamarse como queda escrito, de 39 años de edad, soltero, originario de Bilbao, España, con residencia en Agua Buena, S.L.P., declaró: Serían las veintitrés horas quince minutos de la noche del día siete del actual, cuando el señor Luis L. Solchaga tocó a la puerta de la casa y salí a abrir, diciéndome que lo acababan de robar. Entonces don Roberto García gritó desde la cama que fuera a dar parte inmediatamente a Mister Roane, en lo cual insistimos para que en el acto fuera a dar aviso, cosa que hizo desde luego. Mientras tanto, me quedé vistiendo y salí a ver qué pasaba, encontrándome ya tanto a Mr. J. R. Roane como a Mr. R. L. Roane en la oficina indagando como había sido el asunto. Parece ser que cuando en el momento que el señor Solchaga metía la caja del dinero que estaba contando a la caja fuerte, entraron dos individuos y apagaron la luz de la pieza de la oficina, y que los dos individuos venían enmascarados y le pusieron as pistolas en el pecho y sin decir ni una palabra le arrebataron la caja del dinero, y salieron derechos por la puerta que da a la calle, que es por donde se paga. En seguida mandé avisar al señor don Emilio V. Ortiz y al señor Cristóbal Mendoza, Presidente Municipal. Cuando encontré al señor Solchaga que estaba muy nervioso y tardó como cinco minutos para empezar a decirme lo que pasaba, y le di un vaso de agua para que se calmara.- En el momento que salí le pregunté al portero si la puerta del zaguán estaba cerrada y me fui a cerciorar yo mismo y encontré que estaba puesto el aldabón por la parte de adentro.- Cuando abrí la puerta de mi casa al señor Solchaga me fije que la luz del escritorio estaba prendida.- ratificó lo expuesto y leído que le fue firmó al margen.

En la Hacienda de Agua Buena, S.L.P. Cabecera Provisional de San Nicolás de los Montes, Estado de San Luis Potosí, siendo las doce horas del día veintitrés de Julio de mil novecientos veintinueve:

Estando presente el Sr. Dn. Roberto García, jefe del Departamento de Contabilidad, preguntándoles sus generales dijo llamarse como queda dicho Roberto García, de sesenta años de edad, casado, originario de Rioverde de este Estado, declaró: Serían las veintitrés horas quince minutos de la noche del día 7 del actual cuando oí que tocaban a la puerta de la casa que habitamos el señor Rodrigo Gutiérrez y yo. En seguida pregunté quien llamaba, cuando en ese instante salió a abrir el señor Gutiérrez. Entonces el señor Gutiérrez me informó que era el señor Luis L. Solchaga, quien iba a dar parte que lo acababan de robar. Luego le dije que le dijera al señor Solchaga que inmediatamente fuera a avisar al Sr. Roane, cosa que enseguida hiso. Me levanté y vine a la oficina y encontré ahí a los señores Roane, quienes estaban comentando el asunto. También me consta que al día siguiente del actual por la tarde estando abierta la caja fuerte vi que había una existencia como de trescientos pesos fuertes. En el recuento que hice del dinero que existía en la caja, apareció un faltante de ochocientos pesos. Ratificó lo expuesto y leído que le fue firmó al margen. Damos Fe”.

No hay comentarios:

DR. GABRIEL COMPEÁN MARTÍNEZ

  DR. GABRIEL COMPEÁN MARTÍNEZ 1925-1997     Es el Doctor Gabriel Compeán Martínez un hombre recordado por su alto espíritu de servi...