“Marzo 31 de 1940.
Al C. Presidente Municipal
Villa de Tamasopo, S.L.P.
Los que suscribimos, con toda atención y por medio del presente, pasamos ante usted para exponer lo siguiente:
Habiendo sido nombrados por el pueblo para desempeñar el cargo de Regidores de ese H, Consejo Municipal que usted dignamente preside, y como de esto ya hace un tiempo muy suficiente, y no hemos sido citados para asistir a ninguna asamblea como es de Ley, para tomar acuerdo en los asuntos de orden administrativo, tales, como gastos erogados, obras materiales, y sobre todo el manejo de fondos que es necesario conocer; pues no quisiéramos siquiera suponer que usted ignore, que no debe existir una absoluta autonomía en los actos de una Presidencia Municipal, que si estas costumbres se han venido arraigando a raíz de administraciones pasadas, como consecuencias de preponderancias mal entendidas o insuperables en aquella época, justo es, que esto tenga su fin, toda vez que hemos entrado en una era de libertad, para ajustar nuestros actos conforme a lo que la Ley nos concede en bien de un pueblo que ha depositado en nosotros toda confianza, con la esperanza tal vez, que sabremos manejar sus intereses con toda eficacia y honradez.
El silencio que por tanto tiempo hemos guardado sobre este particular, se ha debido a que esperábamos que esa Presidencia sabría darnos una explicación que justifique esta falta; pero ya que esto no sucede, y antes de dar un paso a presentar nuestra renuncia por este hecho que nos ha colocado en un plano de inferioridad y menosprecio, nos permitimos invitarlo con toda atención para enmendar este yerro que se ha cometido, porque de continuar así, daríamos lugar a que …”.
El Presidente Municipal es el señor Arnulfo C. Zamudio quien ignora por completo a su cuerpo de Regidores y de esa forma administra al Municipio a su entero placer, ello obviamente provoca reacciones que le harían renunciar al cargo el 5 de Abril del mismo año, en su lugar queda el Regidor Elías Canseco Martínez.
El resto de los Regidores ocuparían de igual forma, Interinamente, la Presidencia Municipal durante el transcurso de esa administración, Emigdio Chavira, J. Refugio Vargas y Sixto Zúñiga.
El texto inicial corresponde a una carta enviada a Zamudio de parte de los Regidores, es una sutil amenaza, el inicio de un hostigamiento social, mismo que en esos días, en todo el pueblo, se convertiría en el central tema abordado hasta en la hilera corta de espera a turno del molino de nixtamal.
Aunque también, para variarle un tanto, se comentaba del asalto al “Taschinque”, Hilario Resendiz, vendedor ambulante de agujas, hilos, huaraches, telas, trompos, cuerdas, botones, y algún enfrascado elixir de la eterna juventud quien, camino –en verdad, se iba caminando- a Tambaca es asaltado por un enmascarado.
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