“Agua Buena, S.L.P., Febrero 10 de 1936.
Presidente Municipal
Presente.
Nos permitimos dirigirnos a usted porque usted se da cuenta poco más o menos del mal servicio del correo que está desempeñando este señor Manuel Sosa.
Nosotros no pedimos a usted que presente ninguna queja. Únicamente que se dirija al C. Director General de Correos pidiendo un inspector que visite esta agencia por que parece andar un poco mal.
No dudando de su buena voluntad para evitar trastornos que esto está ocasionando nos repetimos suyos, attos y SS.
Cándido Martínez, Odilón Méndez, J. Eng.- Rúbricas”.
El señor Manuel Sosa Trejo no solo era el Agente de Correos, era además el conductor de la plataforma/birlocha que transportaba tanto pasajeros, correspondencia y mercancía desde la estación en Pasquines hasta Agua Buena y viceversa. Quienes expresan su malestar por el deficiente servicio son los comerciantes más activos en ese momento, pues seguramente no están del todo convencidos en el manejo de sus mercaderías.
Empero, tal queja queda en el olvido por varios meses, quizás la intervención o morosidad del Presidente en turno; Pascual Martínez Trejo, quien habría de asumir por espacio de un año la administración municipal le daría el necesario tiempo al señalado para que reajustara sus acciones; pero no fue así, el día 17 de abril pero ya de 1937, el Administrador de Correos y Telégrafos de Cárdenas, San Luis Potosí, Sr. Everto Asiain, solicita al Presidente Municipal informes sobre el señor Sosa Trejo en su desempeño al frente de los Correos y Telégrafos en la localidad; posible es que los comerciantes al sentirse ignorados por la autoridad local determinan acudir directamente a la administración de Distrito para plantear sus nutridas y justificadas quejas.
Con esa presión sobre su labor, y las exigencias por su remoción, no dudaría más en el desempeño, para el día 30 de Abril, el señor Arnulfo Zamudio recibe la concesión del Correo entre Tamasopo y Agua Buena. Pero tan solo unos pocos años más, la administración del ejercicio postal y lo que conllevaba, pasaría a manos de Espiridión C. Montoya, quien fuera Presidente Municipal Interino en Noviembre de 1930; supliendo unos días a Sixto Zúñiga, además en otras administraciones municipales figuró como Secretario del H. Ayuntamiento, Tesorero Municipal y Síndico Municipal. Se mantuvo con esa labor por algunas décadas, haciendo del oficio su forma de vida, en donde encontraría su pasión de servicio, cierto, después de servir como obrero en el Ingenio, sin estar exento claro, de alguno que otro susto.
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