COMPLICES DE PAZ

“Sección: Justicia
Of. Núm. 404.

ASUNTO: Consigna a su conocimiento los documentos anexos.

A 5 de diciembre de 1936.

C. Mayor Pedro Izaguirre
Villa de Tamasopo, S.L.P.

Desde hace algunos días el C. Juez Auxiliar de la Fracción de San Nicolás de los Montes, y el Presidente del Comité Agrario de aquél lugar, están dirigiéndose a esta Presidencia Municipal exponiendo las quejas que van agregadas en los documentos que le adjunto, por las que usted verá, que el C. Pablo Velázquez, Timoteo Jasso, Isaac Mata, Alfonso Alvarado y otros que no mencionan, así como Fidencio Castillo, los vienen hostilizando a cada paso llegando hasta amenazarlos con privarlos de la vida; y como solicitan garantías en sus personas, porque temen que los perjudiquen, deseo, antes de poner estos hechos en conocimiento del C. Gobernador del Estado, me ilustre con su opinión, o los castiga usted directamente llamándolos al orden, para no perjudicarlos como lo merecen.
Por lo mismo, después de tomar en consideración lo aseverado por los quejosos, como los tengo citados por tercera vez, a los señores Velázquez y socios, deseo me aconseje sobre si debo proceder o no a dar cuenta con los hechos de referencia.
Atentamente.
Sufragio Efectivo. No Reelección.
El Presidente Municipal
PASCUAL MARTINEZ”.

Entre líneas, solo se trata quizás, de un asunto trivial, empero, queda manifiesta la autoridad moral que representa el Mayor Izaguirre, personaje al que se acudía cuando algo se “salía del guacal”, de la misma forma en relación con asuntos jurídicos o agrarios; siempre tenía una respuesta, aunque fuese similar a la actitud optada por su General Cedillo cuando inocentemente (según cuentan), pretendía acabar con la Ley de la Oferta y la Demanda que lastimaba a los míseros ingresos populares dificultando gravemente la adquisición de insumos básicos, cuentan, que al no soportar el reclamo de su pueblo por la carestía de la vida, pide a su Secretario reúna urgente a todos los Diputados para decretar la nulidad y el retiro de dicha Ley en vigor.

Así, con el peso de la autoridad moral, gran parte de la década de los años treinta se vio influenciada por el Visto Bueno del Mayor Izaguirre, bien intencionado aunque deficiente en conocimientos generales; consecuencia de una vida alejada de las letras y apegada siempre; hasta el último aliento, a la pólvora.

También, sobreviven algunos documentos y versiones populares que muestran la otra cara, aunque igual, sobre todo en Tamasopo Cabecera, prefieren recordarle como el hombre forjador y humanitario que tendía la mano al necesitado y que protegía los intereses de la comunidad.