jueves, septiembre 10, 2009

RECUERDOS DE CANTASAPOS


“Dicen que recordar es volver vivir –también dicen los franceses que recordar es morir un poco- ¡y como no! pues en mi quinta década de existencia se aglutinan en mi mente los momentos de mi infancia que pasé en mi querido barrio del cerro o canta sapos para algunos – se refiere al Barrio del Sagrado Corazón - .
Recuerdo con emoción como se componía nuestro entorno, los domicilios por ejemplo Alberto Paredes, enfrente el molino de nixtamal que lo operaba Toño, luego las casa de los quinchos, la casa de Alfredo Anaya, la casa de los Barragán, la casa de Bertín Montoya, enfrente la capilla del sagrado corazón que por cierto en el patio jugábamos a la roña, los encantados y un poquito mas abajo beisbol con pelotas confeccionadas con trapo y bates hechos de palo de aquiche, tanto las pelotas como los bates los hacia Lencho Parada, recuerdo los berrinches de Alfredo Anaya por que la pelota caía en el techo de su casa, recuerdo las noches bohemias amenizadas por un trío conformado por Beto Salas, alias “la chita”, Rogelio Torres “el italiano” y Goyo Landaverde, mismos que se ponían en los tubos a un costado de molino de nixtamal.
Nadie nos ganaba a subir y bajar corriendo los 19 escalones que existen hasta la plaza, levantarse a las 5 de la mañana para acarrear agua quienes no teníamos tubería en nuestra casa, recordar la mañanas de navidad jugando con nuestros carritos traídos por Santa Claus en la bajada desde la capilla hasta donde estaba la llave del agua, correr despavoridos cuando Arnulfo Mateos nos correteaba en caballo solo con el afán de espantarnos.
Mi recuerdo para todos los vecinos: Alfredo Anaya , Joaquín Lara “el quincho”, Alberto Paredes, la familia Barragán, don Teófilo García, don Camilo Parada, don Isidro Robles, don Manuel Lara, don Chencho Noyola, don Ambrosio Landaverde, los Castillo Moctezuma, don Pedro Lara, don Tomás Salas, don Lupe Infante, Arnulfo Mateos, Celso y Félix Segura, Pablo Flores, don Bonifacio Castillo, “los charros”, mi compadre Pancho “calenturas”.
Éste Barrio en Agua Buena surge por la búsqueda de seguridad que los habitantes requerían pues la parte demográfica se ubicaba en el plan (Cantarranas), sitio en el que cada año las inundaciones hacían enormes estragos; de ahí, por ejemplo que, las galeras – habitación predispuestas para las familias obreras por la empresa azucarera se postraban sobre cimientos de más de un metro de altura.
La aportación recreativa expuesta atrás, corresponde a la memoria de Carlos Cruz Castro, extraída de la nutrida y agradable adhesión literaria en el constante esfuerzo por mostrar, entre muchos aspectos, el pasado dorado que cubre a cada generación.
Todos, de alguna manera, con la actitud asumida, formamos parte de la historia o bien, pasamos a la historia accidentalmente.
El señor Antonio Rivera, dueño del molino de nixtamal citado por Cruz Castro, sólo por ejemplificar, aparece en el archivo personal en los años veintes e inicios de los treinta, su constante actitud ante el rechazo del impuesto causado por su negociación lo perpetuo en la escasísima documentación de la época; igual, también dicho ciudadano era el único en esos años que vendía hielo en toda Agua Buena.
Por cierto, el adjetivo de “Cantasapos” fue colocado inicialmente por niños de “Cantarranas”, en un abierto e inocente reto demográfico.

1 comentario:

aguillla dijo...

Bonitos recuerdos, sobre todo de quienes vivimos aquellos tiempos con la naturaleza en todos su esplendor. Solamente algunas precisiones:
Cantasapos está delimitado por el jardin y el campo de fut-bol; Cantarranas se delimita por el casco del Ingenio hacia El trampolín; otros barrios erán en aquellos tiempos que nos tocaron vivir(desde los´60´s)El nacimiento, El tranvia y la Capilla
saludos y una invitación a seguir enriqueciendo con comentarios.

DR. GABRIEL COMPEÁN MARTÍNEZ

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