ALGO SOBRE EL MIRADOR

El Mirador, sencillo caserío con una vieja Hacienda, ubicada al Norte de Tambaca pero dentro del Ejido San Jerónimo. También posee su propia historia, más cuando contenía la Casa Grande en la parte superior del pequeño cerro, habitación vigía utilizada desde tiempos de Manuel González y que posteriormente aprovechara el Coronel Octavio Bolívar Sierra Sánchez para desde ahí “echarle un ojo pa’ bajo” a las tierras que, desde los años cincuenta del siglo pasado, han pertenecido a personalidades foráneas que solo la adquirían por cuestiones de inversión y para justificar su presencia sembraban dos o tres surcos de maíz y solían tener 4 o 5 gallinas y un administrador que resguardara fielmente la propiedad; claro, hoy en día la realidad es otra, pero en los años cuarentas el panorama caricaturesco era el siguiente:

“San Luis Potosí, 13 de febrero de 1943.
Sr. Presidente Municipal de Agua Buena, S.L.P.

Enterado de su Oficio número 288, procedo a contestarlo:
Falta a la verdad el señor Marcelino Azúa al decir que yo le he pedido la desocupación a que alude, y pido que lo pruebe. Lo mismo digo respecto a que le haya yo, en cuanto a los trabajos, y sí que le ayudaría si deseaba evacuar el rancho, ayudarlo dándole algo en efectivo para ello, así como tomándole algunos animalitos: gallinas, puercos y también un guayín que quería vender.

No puedo sostener ya esos ofrecimientos de compra, pues ha arruinado la pequeña propiedad “El Mirador”, causando la deserción de todos los que queríamos hacer algo allí, pues lanzó 60 vacas cruzadas de cebú que han sido la destrucción de cuanto allí había pues quién va a sembrar ni exponer el fruto de sus energías con tal enemigo al frente que no paraba de día ni de noche la destrucción pasando por cañaverales y alambrados existentes.

El señor Azúa, se ha creído dueño y señor de esa propiedad y a mis repetidas instancias de firmar un contrato de aparcería como procede según la ley, ha buscado evasivas y no lo he logrado ¿cómo, pues desea trabajar El Mirador? El es capitalista y tiene muchas vacas, que no ha querido pastorear a pesar de ver el daño causado allí que yo he recibido las consecuencias. Mis animales no pueden haberle hecho nada, pues consisten en 7 guajolotes, 14 gallinas y media docena de cerdos encorralados.

Señor Presidente yo atiendo el ofrecimiento del señor Presidente de la República, acudí allí para ayudar a gente que quería trabajar en mi rancho y he sido defraudado por los procedimientos del señor Azúa que se asemejan a los agrarios que ya están por fortuna de capa caída.

Salúdolo atentamente y protesto lo necesario.

Ignacio Narezo Muriel (Rúbrica)”.