VISITA DE HORACIO CASARÍN

“C. DELEGADO MUNICIPAL
PRESENTE.

Teniendo la necesidad de recaudar fondos para sufragar los gastos que se originen el próximo día 20 de los corrientes, fecha en que estará con nosotros el que fue gran jugador internacional HORACIO CASARIN, y además un Conjunto que forma un Equipo de categoría de la Capital de la República, para celebrar ese día un encuentro amistoso de Fut-Bol, contra nuestro Equipo.

Por lo anterior estamos solicitando de usted nos conceda permiso para efectuar un BAILE de sala, que se llevará a efecto en el GARAGE del “Servicio Huasteca” asegurando que se guardará el orden correspondiente, ya que la única mira es, el progreso de nuestro Fut-Bol.

Agradeciendo de antemano sus finas atenciones, protestamos a usted nuestra más atenta y distinguida consideración.

Agua Buena, S.L.P., a 8 de Noviembre de 1958.

AUGUSTO MITRE (Entrenador), Miguel Román (Representante), Heriberto Méndez Z. (Secretario), Abel Martínez (Capitán), Aristeo Reyes Netro (Tesorero)”.

Y el día llegó, 20 de Noviembre de 1958. Horacio Casarín Garcilaso, máxima figura del balompié mexicano en esos tiempos se encontraba con un selectivo de amigos provenientes del D.F. en el campo deportivo de Agua Buena. Era un día festivo muy especial, la presencia del “Chamaco” hacía memorable el momento.
El pueblo entero se dio cita al compromiso amistoso entre el equipo profesional encabezado por el ídolo deportivo y el local; con esperanzas de amateur, pero placenteramente motivado ante los gigantes de la Capital mexicana.
El marcador ¡que importa!, los azucareros jugaron con el corazón, desde el silbatazo inicial el público no dejó de aplaudir, de gritar, reconocía con emoción las buenas pasadas del equipo visitante; en especial los goles. Por igual, alentaba a los suyos con el clásico “vamos muchachos” cuando adelantaban líneas y penetraban el área rival, con el gol a favor, la locura desbordada.
Del grupo local, se recuerda como “La Momia” Palma, sin importarle su estado de salud, jugó los noventa minutos de aquél histórico día en las páginas del deporte azucarero nuestro. Roberto Palma, aficionado del boxeo, además de las aventuras que Edgar Rice Burroughs presentaba a través de “Tarzán” en las clásicas revistas de bolsillo, había la noche anterior festejado por adelantado el día 20 y, al calor de los grados etílicos se enfrascó en una inocente riña callejera de la cual obtuvo un certero botellazo en la cabeza, el impactó le abrió el cuero cabelludo y la pérdida de sangre fue abundante; aún con ello, para el medio día siguiente, se presentó con su respectivo vendaje en la cabeza.