INTENTOS FALLIDOS ANTIALCOHÓLICOS

En Enero 20 de 1924, El Presidente Municipal de San Nicolás de los Montes, con Cabecera Provisional en Agua Buena, señor Sixto Zúñiga, solicita adhesión a su similar de Villa de La Palma, en cuanto al combate al alcoholismo, y le comparte que desde Noviembre de 1923 en Agua Buena, se han suspendido las ventas de bebidas alcohólicas en todas las cantinas de la localidad desde las 14:00 horas de cada sábado hasta las 06:00 del lunes siguiente, con la finalidad de que la clase obrera (especialmente) no gaste sus ingresos pues se estima que por el concepto de bebidas embriagantes eroga casi el 50% de su salario semanal, entonces sucede que, como en Agua Buena no encuentra quien se las venda acude a Tamasopo; jurisdicción de Villa de La Palma, por tanto y en base al Decreto No. 153, de fecha 30 de Julio de 1923, en contra del Alcoholismo en todo el Estado, se les solicita intervengan para que se aplique el mismo criterio en defensa del bienestar familiar.

Pero los días transcurren sin alteración alguna, las contadas cantinas de Tamasopo se ven abarrotadas de gente de Agua Buena, el consumo descontrolado de las bebidas prohibidas en una, proliferan en la otra, como consecuencia de ese derroche los altercados entre los parroquianos son comunes, pero por fortuna, siempre aparece justo, presto, al momento, la autoridad auxiliar quien para cortar de tajo los ánimos de aquellos, impone simbólicas multas, fáciles de cubrir al instante, pero con la advertencia declarada de un actuar más enérgico en una segunda insistencia de perturbar la paz y la tranquilidad del pueblo.

Para el 10 de Febrero del mismo año, desde la Presidencia Municipal de Agua Buena se reitera la invitación para el auxilio del objetivo que se persigue, la lucha anti alcohólica, y al menos logran que las autoridades municipales de La Palma giren indicaciones a los comerciantes dueños de cantinas y expendios de abarrotes con venta de cerveza para prohibir la venta de bebidas embriagantes los sábados y domingos en Tamasopo; pero dichas órdenes son ignoradas.

Preferían pagar la ridícula multa que dejar de percibir extraordinarios ingresos por la venta de cerveza y otras bebidas alcohólicas, además, en el mismo Ayuntamiento de Villa de La Palma se sobre entendía que sus pocos ingresos provenían del impuesto de la venta de esas bebidas, así que con disimulo y tacto u oídos sordos, ignoraba las constantes peticiones provenientes de Agua Buena en el sentido de la cooperación para disminuir el consumo alcohólico y mejorar con ello la economía de las familias azucareras; aunque ello significaba reducir de las pobres arcas los posibles ingresos, multas, porcentajes, sanciones y participaciones derivadas de aquellas ventas y eso, eso era atentar contra el progreso y desarrollo del pujante comercio del rancho de Tamasopo.
Como la medida no funcionaba, don Luis Roever ordenó que ninguna persona ebria podría subir a la plataforma que hacía la ruta de Agua Buena a Tamasopo y viceversa, y aunque esa determinación no asustara a los aficionados a las bebidas prohibidas, si disminuyó en gran medida pues el Patrono de Agua Buena tenía mucha influencia e intimidaba hasta con su silencio cuando serio se manifestaba.