VISITADOR NOCTURNO

En 1981, al interior del edificio de la Presidencia Municipal ocurrían sucesos por las noches, en el parte diario de novedades la policía municipal manifiesta: “… el Policía Narciso Pérez Tello a las 11 horas de la noche se dio cuenta de que la puerta al lado Norte del privado estaba violada, la espiga del portal daba, ya con esta son 3 veces que ha sucedido lo mismo, la otra vez se le reportó al Secretario y él mismo dio fe de los hechos y comentó que le habían robado la cantidad de 9,000.00 en efectivo y la otra vez encontramos varios papeles como si alguien anduviera buscando algo, estas dos veces fueron el año pasado y ahora fue con fecha 19 del presente mes de febrero. Se reviso minuciosamente y se encontraron huellas que entraron y salieron de un zapato como del número 26 o 27, llegaron hasta el escritorio las huellas, y llegaron hasta donde está el teléfono y dio vuelta hacia el archivo y se nota huellas de que jaló el cajón y del escritorio jaló los cajones, las huellas salieron y no se sabe para donde ganaron, se va a seguir investigando a fondo este caso, porque esto es de una persona de confianza porque no se llevó la pistola que está en su escritorio, esta persona es del mismo ayuntamiento, se cree porque está bien enterada de las cosas que están aquí, en el privado”. (Amoxcalli: 81-02-19)

Quien por igual experimentaba esos abusos, lo eran las finanzas del Organismo de Agua Potable, que adjunto a las oficinas municipales tenía su escritorio en donde la Secretaria Magdalena Gómez Lázaro, de repente, al llegar por las mañanas, encontraba forzados los cajones del mueble con faltantes de dinero y, aunque se externaba la situación, nunca se lograba dar con el responsable.

Cierto, las precarias y desmotivadas indagaciones de la policía municipal solo creían saber algunas cosas, se trataba de un hombre que calzaba sus pies, sobre una medida entre 26 y 27, que conocía muy bien cada espacio del local de las oficinas.

La verdad es que no quisieron ir más allá, los hombres que laboraban para el H. Ayuntamiento, incluyendo el cuerpo de la misma Policía, era en verdad escaso, lo suficientemente controlable como para que, en base a esa diminuta pista de la medida del calzado, dieran con el responsable. Quizás se recibió la indicación de dejar el insignificante asunto en el olvido, quizás.

Lo lamentable es que, en ese periodo el personal solía comportarse en ocasiones absurdamente, podemos citar varios ejemplos, pero expongo solo uno:
“Asunto: Informe.
Tamasopo, S.L.P. Marzo 4 de 1982.

C. AMADO OLGUÍN GARCÍA
PRESIDENTE MUNICIPAL
EDIFICIO.

Con relación a mis actividades dentro de las funciones que me corresponden, de la manera más atenta me permito informarle que el día de ayer miércoles al hacerle entrega al Sr. Juan Mendoza Briceño de la correspondencia de las Escuelas Secundaria, Casa-Escuela y la Secundaria Técnica de Rascón el compañero Efraín Gutiérrez intervino y me dijo que en adelante solo con órdenes de él se iba a mover la camioneta y con una sonrisa sarcástica me dijo que ya sabía, que para cualquier comisión tenía yo que ponerme de acuerdo con él, a esto me permito manifestarle que sale sobrando que le diga que dicho compañero acostumbra llevarse los vehículos de la Presidencia a su casa y yo no voy a ir hasta su casa a ponerme de acuerdo con él.
El día de referencia que iba a mandar la correspondencia en la camioneta lo estuve esperando hasta las tres y media y no llegó, no me dejó más margen que hacer responsable al Comandante de que la entregara como pudiera, pues Efraín dejó de repartir una correspondencia oficial importante para irse a poner focos en ella dentro del poblado. Comprendo que él es el encargado del alumbrado público, pero yo soy el responsable de la correspondencia y los dos queremos estar bien con usted, que debemos hacer.
Usted me dijo que me encargaba cierta cantidad de dinero que hay en su escritorio ayer cuando llegué estaba el Privado abierto y hoy estaban las dos puertas de par en par, yo pensaba no decirle nada para no calentarle la cabeza per hoy en la mañana me dijo que si quería que le dijera a usted, haber que decía, dándome a entender que usted le hacía más caso a él que a mí. Yo le Agradecería a Usted que a los dos nos dijera hasta donde llegan mis funciones y dónde empiezan las de él, para coordinar nuestro trabajo, pues yo siempre he acatado sus órdenes y en cuanto a lo demás no quiero interferir en las funciones de mis demás compañeros. Lo que me permito informar a Usted para su conocimiento.
EL SECRETARIO DEL AYUNTAMIENTO. ROGELIO MERCADO RAMÍREZ”. Rúbrica. (Amoxcalli: 82-03-04)

No le resulta extraño una jerarquía laboral altanera, curiosamente tolerada; en fin, solo lo cito como ejemplo de las relaciones internas en ese periodo, mismas que suscitaban episodios como el mencionado al inicio del artículo.

Fuente: Archivo Amoxcalli.