lunes, octubre 21, 2013

HOMICIDIO DE CLIMACO MARTÍNEZ NIÑO


El 9 de Octubre de 1964, a las 14:00 horas, fueron entregados a la Cárcel Municipal de Cárdenas, S.L.P., los reos José Paz Ponce y Francisca Pérez Martínez, por el homicidio de Climaco Martínez Niño.

En el informe de los policías judiciales asignados al caso se dice que: “ … la tarde del día 4 de Febrero de 1955, los hechos sucedieron cuando el hoy occiso transitaba de regreso a Saucillito procedente de Santa Catarina, que solo le faltaban 500 metros aproximadamente para llegar a dicho lugar de Saucillito, cuando a la entrada de un cañón en el cual hay cerro de lado y lado y camino de por medio, ambas personas se encontraron yendo el hoy occiso montado en un burro por lo que se supone que el malhechor José Paz Ponce aprovechando que se encontraban solos y en despoblado, pues así lo manifiesta ya que se encuentra confeso de su delito, sacó dentro de sus ropas una pistola calibre 45 haciéndole al hoy occiso un disparo tal vez a muy corta distancia lesionándolo en la región pariental del lado derecho, con trayectoria de abajo hacia arriba, con orificio de salida en la región occipital del lado izquierdo, quedando de momento comprobado que el disparo se hiso con la pistola del calibre que se cita porque el casquillo del cartucho disparado fue encontrado al día siguiente cuando se localizó y se dio fe del cadáver, pues los hechos en cuestión, como antes se dice, sucedieron a las cuatro de la tarde, pero como ya nadie transitó durante ese día ni tampoco durante la noche se tuvo conocimientos de los mismos hasta las ocho de la mañana del día siguiente, cuando una señora transitaba por el propio camino y tropezó con el cadáver del hoy occiso, haciéndose notar que en la explicación que proporciona el referido Juez Auxiliar de la Fracción de Saucillito (Sebastián Rodríguez Medina, Juez Auxiliar en 1955, del Saucillito; principal informante del caso presente), y que como antes se mencionó, está presente, éste puntualiza que de dicho cadáver dieron fe y certificaron las autoridades municipales de Santa Catarina, que el malhechor huyó del lugar, o mejor dicho se ocultó por algún corto tiempo pero que se tienen seguridades que todo el tiempo de dos meses aproximadamente lo permaneció en su domicilio y solo a veces se daba a ver, que las autoridades que se citan no procedieron en su contra ni tampoco lo localizaron para lograr su aprensión, y que desde aquella fecha ninguna autoridad enjuició ni castigó al presunto responsable. Siguen manifestando las personas que informan, que durante la investigación practicada por ellos, tuvieron conocimiento que el móvil de los mismos se debió a que la esposa del hoy occiso, señora Francisca Pérez Martínez, también tenía amoríos con el malhechor y para acentuar aún más sus dificultades, ésta informó al amasio diciéndole que su marido lo tenía hechizado a consecuencias de una deuda entre ambos, comprobándose lo anterior con el hecho de que un año después de sucedido los hechos que se investigan, la referida señora se fue a vivir en unión libre con el acusado, y es más, éste ha amenazado de muerte y a mano armada con una puntilla tanto a la señora Francisca Pérez Martínez y a su hijo de nombre Inocente Martínez Pérez, hijo a la vez del hoy occiso; que en tal virtud y por los elementos que aparecen en contra del acusado, procedieron a su captura…”

La señora Francisca Pérez Martínez, en su declaración dice tener 45 años, viuda de su primer marido y en unión libre actualmente, ocupación doméstica, originaria y vecina de Tanlú, Municipio de Santa Catarina, expresó vivir al lado del hoy occiso, más de 15 años, que Climaco Martínez Niño murió en forma violenta con arma de fuego cuando transitaba un camino que comunica a Santa Catarina con el poblado de Tanlú, que a la fecha tiene seis hijos, cinco de su primer marido y uno del actual, al cuestionársele, en forma indecisa y desconfiada, confiesa que cuando aún vivía con su primer marido aceptó los amoríos con quien vive actualmente y que, su primer marido fue asesinado en forma artera por el que es hoy su nuevo marido, y que aunque a ella no le consta del asesinato, toda la gente del pueblo donde vive así lo asegura. Dice haber recibido amenazas en más de una ocasión por parte de su marido para que no hable de lo sucedido y que el día de los hechos, ella le comunicó al homicida que se cuidara de su marido ya que lo tenía hechizado para no pagarle una deuda pendiente, de igual manera le informó que su marido salía a Santa Catarina aun mandado, “cosa que sin duda orientó al malhechor para madurar sus planes y ejecutarlos quitándole la vida al hoy occiso cuando transitaba en un camino solitario y en despoblado que conduce de Santa Catarina al pueblo donde ellos viven…”

J. Inocente Martínez Pérez, 23 años de edad, soltero, agricultor, si sabe leer, originario y vecino de Tanlú, sobre los hechos dice los desconocía, solo sabía que su padre había sido asesinado un 4 de Febrero de 1955, pero que ahora que ha escuchado las declaraciones se entera que su propio padrastro es el asesino y pide el castigo de la justicia, no declara más por no saber. Como se comprobara que el joven no tenía responsabilidades en el caso, es dejado en libertad ese mismo día.

El detenido José Paz Ponce, de 51 años, agricultor, si sabe leer y escribir, originario del rancho de Antiojos y vecino de Tanlú; ambas fracciones correspondientes al Municipio de Santa Catarina, “manifiesta el interrogado que es verdad, que el 4 de Febrero de 1955, como a las cuatro de la tarde, él dio muerte con un disparo de arma de fuego a la persona que en vida llevó el nombre de Climaco Martínez Niño, también vecino del Rancho de Tanlú, y dice que desde hacía tiempo tenían dificultades por una pequeña deuda de $16.00 dieciséis pesos y que el hoy occiso le negó, y asimismo no le quiso pagar tres fanegas de maíz, que el día de los hechos el interrogado tuvo necesidad de ir al poblado de Saucillito ha hacer la compra de unos marranos y que cuando transitaba por el camino Real que une a la Fracción de Antiojos con Saucillito, de improviso se encontró al salir de un cañón y a la altura de un potrero que le llaman “Tierras Coloradas”, con su enemigo Climaco Martínez Niño, quien caminaba sobre de un burro en sentido contrario, aclara el interrogado y dice que él también iba montado en un caballo en el momento de los hechos, y sigue manifestando que al suceder el encuentro, ambos se injuriaron y acto seguido el hoy occiso sacó una cuchilla con la cual amenazó, y por su parte el interrogado también sacó dentro de sus ropas una pistola calibre 45 Reglamentaria del Ejército y con la misma hiso un solo disparo a su víctima lesionándolo en la cabeza de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo cuyo orificio de entrada según dice fue en la región occipital derecha con orificio de salida en la región pariental izquierda, causándole una muerte instantánea… que tan pronto cometió el delito se retiró a caballo con dirección desconocida de pronto, pero que se regresó a su domicilio del Rancho de Tanlú, donde ha permanecido durante más de nueve años… A pregunta especial que el suscrito (José Díaz Parra) hace al interrogado, éste manifiesta que es verdad que desde en vida de Climaco, él ya enamoraba y tenía que ver con la mujer de Climaco, y que cuando esta quedó viuda él fue a vivirse a la casa de ella”.

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