domingo, octubre 20, 2013
MUERTE DE APOLINAR ESTRADA PONCE
En el año de 1964, una serie de demandas por homicidios son presentadas ante el Agente del Ministerio Público local, provenientes de Municipios vecinos, ante la situación alarmante, se denuncian ante la Procuraduría General de Justicia en el Estado quien toma cartas en los asuntos, así, el 3 de Octubre de 1964, dos Policías Judiciales, consignan a los reos involucrados en los homicidios para su investigación:
“C. TERCER REGIDOR EN FUNCIONES DE AGENTE DEL MINISTERIO PUBLICO.
EDIFICIO.
Para dar cumplimiento a la comisión que con fecha 27 veintisiete de septiembre último nos fue conferida por el C. Procurador General de Justicia del Estado, los suscritos GUSTAVO RODRIGUEZ HEREDIA y FRANCISCO HERNANDEZ MONSIVAIS, Policías Judiciales adscritos a la propia Procuraduría, atentamente nos estamos permitiendo rendir ante usted un informe individual de cada uno de los detenidos, que puntualiza la investigación que al efecto practicamos con motivo de las denuncias en su contra y las circunstancias que mediaron en cada caso de hechos delictuosos registrados y, como en dichas investigaciones aparecen abundantes elementos en contra de los acusados, en cada caso nos situamos hasta el lugar de los hechos y desde luego procedimos a la Aprehensión de los presuntos responsables, que en este caso son los siguientes: DIONICIO MALDONADO GALVAN, JOSE PAZ PONCE, J. CONCEPCION NUÑEZ ARGUELLO, ELEUTERIO OLVERA MEDINA, CIPRIANO MENDOZA AMARO, acusados del delito de Homicidio en perjuicio de APOLINAR ESTRADA PONCE, CLIMACO MARTINEZ NIÑO, JUAN VAZQUEZ ANDRADE, VARDOMIANO OLVERA REA y MAXIMINO RAMOS, respectivamente; también fueron aprehendidos ANTONIO NOYOLA BAÑUELAS, FRANCISCA PEREZ MARTINEZ e INOCENTE MARTINEZ PEREZ para investigación, los que ponemos a su disposición en la Cárcel Pública Municipal de este lugar donde se encuentran, para practicar en cada caso la Averiguación Previa correspondiente”.
Sobre el primer caso, se presentó a levantar demanda, el 10 de Septiembre, Gabino Estrada, de 56 años, casado, agricultor y vecino de Tanlacú, Municipio de Santa Catarina, S.L.P., quien expuso: “Que allá por el año de 1959 como a mediados de año, sucedió que un hermano mío tenía dos hijos de familia, un hombre y una muchacha y ésta tenía relaciones amorosas con un individuo llamado Dionisio Maldonado, de más o menos unos 35 años de edad, y resulta que por ciertas causas mi sobrina, Sixta Estrada, ya no quiso a su novio y se lo manifestó, pero él no quiso darse por vencido y siguió terqueándole y una noche, como a media noche, fue a la casa de mi hermano y empezó a buscar la manera de entrar y empezó a quitar algunos palos de la cerca de la casa para meterse. En eso mi sobrino Apolinar Estrada se levantó al oír ruido y fue a ver qué pasaba y se encontró a Maldonado que estaba haciendo la avería a la casa y le reclamó, pero entonces Maldonado sacó la pistola y lo mató de un balazo. En eso mi hermano que dormía, al oír el balazo se levantó y corrió y pudo aprehender al matador de mi sobrino y lo entregó al Juez Auxiliar. Éste al día siguiente lo mandó con un policía a Santa Catarina, consignado, pero no iba asegurado el criminal y se le fugó al policía. Las autoridades de Catarina ni fueron a Tanlacú a levantar ninguna acta del muertito ni hicieron por mandar aprehender al malhechor y la cosa quedó como tal. Han pasado cinco años de esto y el criminal Dionisio Maldonado ya regresó a Tanlacú y vive tranquilamente sin que nadie lo moleste. En vista de esta indiferencia por parte de las autoridades de Santa Catarina, Cabecera del Municipio del mismo nombre, vengo ante esta autoridad para pedir su valiosa ayuda a fin de que este crimen no quede en el olvido y el criminal sea castigado”.
En las investigaciones de los elementos judiciales, “los hechos se registraron la noche del día 18 de Noviembre de 1955, cuando Dionisio Maldonado Galván a horas indeterminadas de la noche pretendió cometer el delito de Allanamiento en el domicilio de la señora Sixta Estrada Ponce, con quien anteriormente había vivido en amasiato pero como dicha señora ya no quiso vivir más a su lado porque no eran casados o porque ya no le convenía, entonces el propio acusado, a deshoras de la noche entró a dicho domicilio y al ruido que provocó, el hoy occiso se levantó de donde estaba dormido para investigar qué es lo que pasaba encontrando dentro de su domicilio al tantas veces mencionado Dionisio Maldonado Galván, a quien increpó en forma dura y lo invitó a que saliera de su casa, pero éste por toda respuesta desfundó su pistola y le hiso tres disparos dándole uno en el abdomen a la altura del intestino, cuya lesión 24 horas después le causó la muerte… tan pronto como se dio cuenta de que su hermano Apolinar había sido lesionado de gravedad, persiguió al malhechor y momentos después lo capturó con el auxilio de su padre, entregándolo a las autoridades respectivas del lugar, Juez Auxiliar Servando Rea…”, quien comisionó al Policía Antonio Noyola Bañuelas para que trasladara al reo a Santa Catarina, saliendo solo en compañía del padre del homicida, pero en el camino se dio a la fuga, los hechos se informaron en Tanlacú pero el policía no fue detenido y en Santa Catarina no investigaron nada.
Antonio Noyola, de 51 años de edad, casado, no sabe leer y escribir, agricultor, originario del Rancho El Mirador, perteneciente a Lagunillas, S.L.P. y vecino de Tanlacú, al ser interrogado, recuerda los hechos de aquella noche de 1955 y que siendo él, policía auxiliar, recibió la pistola automática calibre 32, cuya marca y matrícula desconoce, para entregarla a las autoridades municipales. Dice que un día después fue comisionado por el Juez Auxiliar para que condujera y custodiara al reo y entregarlo a las autoridades en Santa Catarina, pero aclara que al reo se lo entregaron sin ninguna precaución, pues iba sin esposar y que además, le proporcionaron un caballo al reo para que fuera montado mientras él, caminando. Que pasados unos ocho kilómetros, por “La Cuesta de los Órganos”, el reo se adelantó y él, por más que corrió no pudo alcanzarlo, así lo perdió de vista, regresando, junto al padre del homicida, a Tanlacú en donde informó de la fuga de aquél. Agrega el declarante que justo cuando informó al Juez Auxiliar, se encontraba ahí, el mismísimo Presidente Municipal, Joaquín Bueno, quien no fue bueno para girar indicaciones, ni providencias, ni disposiciones.
Dionisio Maldonado en su declaración ante el Agente del Ministerio Público de Tamasopo, expresa que “él tenía relaciones de amasiato con la hermana del hoy occiso y que acostumbraba verla con cierta frecuencia ya sea entrando a su domicilio o bien, repegándose a una de las paredes de dicho domicilio, pues dice que dichas casas son de estilo rústico de palos que dejan aberturas por donde se puede hablar y ver, que con ese motivo la noche de la fecha que se cita él se llegó hasta dicho domicilio y que como se encontraba en estado alcohólico, al acercarse a dicho lugar tropezó y se cayó contra la cerca haciendo ruido, por lo que el hermano de su amasia y hoy occiso se despertó y fue a ver qué es lo que pasaba por lo que al encontrarlo dentro del solar lo increpó y le tiró algunos golpes con una cuchilla que llevaba en la mano, por lo que el interrogado para defenderse y como se encontraba como antes dice en estado alcohólico lo que procuró fue alejarse violentamente del lugar pero que desafortunadamente durante su huída se cayó dos o tres veces y que al sentirse ligeramente lesionado en la frente con la cuchilla que llevaba su perseguidor, lo que hiso fue sacar su pistola y estando tirado disparó hacia atrás haciendo dos disparos pues dice que solo dos tiros llevaba en el cargador… al día siguiente fue consignado y remitido ante las autoridades de Santa Catarina, comisionado el policía Antonio Noyola Bañuelas, acompañados de su padre (del declarante y homicida)… y a la altura de “La Cuesta de los Órganos” se aparta un camino que según se dice va para “El Ojo de Agua” y sin darse cuenta tomó ese camino y que cuando ya había caminado un tramo considerable reflexionó y hasta quiso devolverse pero que mejor decidió emprender la huida pues el policía que lo custodiaba se había quedado muy atrás y no existía ningún peligro…”.
El 9 de Octubre, Vicente Álvarez Y. Alcalde de la Cárcel Municipal de Cárdenas, S.L.P., recibía a los reos, Dionisio Maldonado Galván y Antonio Noyola Bañuelas, por el mismo delito.
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