El 22 de Junio de 1956, al interior de la Cantina Billar, propiedad de Manuel Vega, en la población de Lagunillas, S.L.P., el señor Cipriano Mendoza Amaro en pelea con Juan Andrade, sacó una pistola y disparó, pero como se interpuso Maximino Ramos Medina, éste recibió los dos impactos, mismos que le ocasionaron la muerte minutos después. Dándose a la fuga. A éste crimen, se le sumaría el de Octaviano Pérez, joven de 20 a 22 años, acontecido en 1943.
En las investigaciones de los Policías Judiciales, resultó cómplice de otro, ya detenido, y otro prófugo, por el delito de abigeato, y además, agregan que, cuando se le pretendió detener se dio a la fuga en un caballo pero, después de perseguirlo por más de un kilómetro le dieron alcance.
En su declaración, el doble homicida dice tener 60 años de edad, casado, sabe leer, jornalero, originario de Lagunillas, S.L.P. y vecino del Rancho Calabazas, Municipio de Santa Catarina, S.L.P., dice que es verdad que lesionó de gravedad con uno o dos disparos de arma de fuego a Maximino Ramos, que después falleció tal vez a consecuencia de los impactos de bala o por alguna otra enfermedad, que acudió al bar de Manuel Vega a resolver unos negocios con dicho cantinero, pero que desde que llegó Juan Andrade le provocaba constantemente y que incluso sacó un cuchillo y lo hirió, y como siguió amenazando con el arma, él, para defenderse solo quiso asustarlos disparando la pistola, pero dio el caso que se atravesó Maximino Ramos, huyendo del sitio refugiándose en su domicilio en el Rancho del Carrizalito; en donde después supo del fallecimiento de Ramos, así que determinó entregarse a las autoridades en Cárdenas, S.L.P., previa contratación de un abogado que llevara su caso, así que amparado, se entrega ante el Juzgado de Distrito, estuvo detenido un poco más de un mes, alcanzando posteriormente la libertad bajo fianza.
Sobre el otro asesinato, declara que se trató de una acción en defensa propia, en 1943 se dedicaba a la compra-venta de ganado, que estando en Carrizal Grande iba a comprar dos cabezas y que mientras hacía el trato, desapareció la bolsa que tenía en el caballo en donde traía el dinero, que después de acudir con el Juez Auxiliar resultó como el ladrón el joven Octaviano Pérez; quien irónicamente era ahijado del empresario ganadero en pequeño, así que al conducirlo a Lagunillas, cuando los acompañantes se apartaron unos 300 metros para dar de beber a sus animales, se quedaron solos, Cipriano Mendoza y ahijado, y en un descuido del primero, el joven lo atacó con dos enormes piedras, la primera no solo le tumbó el sombrero sino que lo derribó de la bestia, la segunda la impactó sobre el labio superior, así que sintiéndose desmayar, sin fuerzas para defenderse, vio como Octaviano sacó la cuchilla “flamantemente afilada” y la “remolineo” en señal de agresión, así que se le echó encima y no le quedó más que sacar su pistola y sin perder tiempo defenderse, haciendo dos disparos, pero solo acertó uno, entrando en la región frontal derecha y saliendo en la región occipital izquierda, falleciendo momentos posteriores.
Se entregó a las autoridades de Santa Catarina y en donde a pesar de haber demostrado que obró en legítima defensa estuvo dos mese preso, hasta que él mismo solicitó su pase a Cárdenas, S.L.P., en donde permaneció por 3 meses detenido, hasta que su abogado (del cual no recuerda nombre) logró su libertad. Sobre la compra-venta de ganado robado niega todo, sin embargo acepta conocer a las personas de nombre Moisés González y Margarito Esquivel, el primero se fugó en el trayecto rumbo a Tamasopo, personas dedicadas al robo de ganado. Su error decir que sabía de la fuga, siendo información hasta ese momento, solo conocida por las autoridades.
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