viernes, enero 01, 2010

TAMBACA


Tambaca, población importante dentro del municipio de Tamasopo, es un lugar con una enorme historia; aún más allá de las encomiendas o las haciendas. El inicio de Tambaca se pierde entre los asentamientos huastecos que penetraron en la zona de “Gallinas”, su significado es tének y significa: Tam = lugar y, bacam = tortilla; literalmente, “Lugar de la tortilla” o “Lugar donde abunda la tortilla”, y fue quizás un sitio clave en los independientes señoríos huastecos alrededor del año 800 de nuestra Era; en la circunferencia natural del valle de “Gallinas”.

En Tambaca se han encontrado restos arqueológicos importantes que denotan una grandeza cultural sin precedente en la región, algunas piezas prehispánicas abandonaron circunstancialmente el subsuelo para deslumbrar y dejar atónitos a pocos afortunados que lograron observar magníficos fragmentos.

Grandes e importantes personalidades en el estudio arqueológico han realizado observaciones en la región huasteca y su zona de influencia que se llegó a extender hasta Guadalcazar, sin embargo, Tambaca pasa desapercibida; cierto que, no existen montículos, y si es que los hubo; estos fueron destruidos, pues no aparecen registrados en ninguna relación de estudio de campo. Solo don Joaquín Meade en su obra “La Huasteca” menciona la existencia de algunos cúes en las cercanías de Tamasopo y algunos otros en Rascón (Damián Carmona), lo anterior, nos permite deducir que este asentamiento fue tan antiguo que escapa a los registros efectuados desde la época Colonial y posteriores pues su estructura habitacional o ceremonial no sobrevivió, posiblemente, a un saqueo, a una invasión o al ocultamiento o destrucción intencional.

No hace mucho tiempo, existían en Tambaca una buena cantidad de nacimientos que irrigaban con su dulce líquido las partes Noreste y Este del lugar, estos brotes fortalecen la propuesta de que este asentamiento practicaba una agricultura permanente, y por la etimología, su principal cultivo era el maíz.

La pieza quizás más transcendente encontrada, es una escultura con relieve en dos de sus tres caras, en la principal, se aprecia la representación de Ehécatl; deidad del viento, fuertemente vinculada a Quetzalcóatl (existen versiones que sustentan el origen de Quetzalcóatl en la región huasteca). La representación del Dios se encuentra claramente visible en posición sentada, sus piernas extendidas y una de sus manos sostiene una especie de incensario, su rostro cubierto con una máscara de la cual sobresale un pico de ave que simboliza el viento, la máscara tiene un orificio que deja libre la vista, la cabeza se observa cubierta por un gorro o penacho; no es el clásico cónico gorro huasteco.


En la otra cara con relieve, entre varios signos o símbolos, se encuentra una mazorca de maíz, reafirmando una vez más, el origen de su denominación. Otra distinguible forma representada es la que simboliza a el agua; abundante en la región.

Algunas versiones de trabajadores que laboraron en las excavaciones para construir lo que ahora es la Secundaria Técnica # 34, afirman haber encontrado figuras prehispánicas las cuales fueron conservadas por los encargados de la obra; estas piezas, obviamente, desaparecieron. La zona en donde se ubica este edificio escolar fue parte integral del complejo huasteco que floreció en Tambaca, pues los arroyos se localizaban en las partes Norte, Este y Sur, muy cercanos al terreno del centro educativo, el sitio no era de cultivo, más bien, fue quizás la parte habitacional por su ubicación superior de la ligera pendiente que concluye precisamente, en los arroyos.

La pieza Ehécatl, fue encontrada al Norte de estos arroyos, a escasos 200 metros. También, accidentalmente, han surgido piezas sencillas que bien pudieran clasificarse en un Periodo Formativo próximo al año 200 de nuestra era, fase cultural en donde predominaba la simplicidad en la elaboración estética de cerámica con tonalidades preferentemente en rojo y negro.

En contraste, la pieza Ehécatl, por sus características propias, pertenece a una Fase del Período Posclásico, cuando son introducidos algunos elementos artísticos en el arte huasteco; sobre todo, la incorporación del elemento del pico de ave para simbolizar a Ehécatl, al igual, el estilo de curvas en las esquinas de edificios ceremoniales, ya en la octava centena de esta nuestra romántica Era.

Aquí y allá, en manos, repisas, baúles o vitrinas, seguramente se encuentran muestras arqueológicas que comprueban la innegable existencia de un glorioso pasado en Tambaca, piezas ocultas a la luz que en su conjunto brindarían el maravilloso legado de estos milenarios habitantes que solían encontrarse entre la abundancia de tortillas.

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