El actual municipio, surge de la fusión territorial de otros tres, La Palma, Agua Buena y San Nicolás de los Montes.
La Palma, al igual que San Nicolás de los Montes, se erigen municipios por decreto del Congreso del Estado en 1827, ambos extensos pero diferentes totalmente en su composición. El primero, solo contaba con los pocos valles inmediatos al pequeño pueblo de Tamasopo y el resto se conformaba por terrenos serranos de la pamería, con las carencias impuestas por la geografía y con difíciles y precarias condiciones para su desarrollo.
A diferencia del primero, San Nicolás de los Montes comprendía los extensos valles de Agua Buena y Damián Carmona. Y en 1830 se le anexan los valles comprendidos en la región de Gallinas, que pertenecían a Ciudad Valles; zona entonces rica en recursos agrícolas y ganaderos, a excepción de su cabecera municipal que en 1921 cede a Agua Buena la privilegiada estafeta de la residencia de los poderes municipales.
La misma situación se presentó con La Palma; aunque un poco después, el Municipio deja de llamarse así para dar paso al sustantivo Tamasopo y concentrar el control en la nueva cabecera ubicada en este hermoso sitio que literalmente; constantemente gotea.
1932, año en que aparece Tamasopo como municipio, pero igual, cuenta con las mismas condiciones físicas y demográficas de su antecesor núcleo de poder, aunque administrativamente se le configuraba un alentador futuro por la no circunstancial ubicación del paso de la vía San Luis Potosí – Tampico y, su cercanía con el emporio industrial más representativo del Estado; el Ingenio de Agua Buena.
Para el año de 1944, el Congreso del Estado reconoce la existencia de Agua Buena y San Nicolás de los Montes como municipios; sin embargo, dos años más tarde, anteponiendo la falta de recursos económicos para su sostenimiento y desarrollo, suprime la municipalidad de San Nicolás de los Montes anexando su territorio al de Tamasopo.
Por razones desconocidas; quizás por ignorancia geográfica, Agua Buena queda “atrapada” y tiene por frontera en cualesquier punto, al municipio de Tamasopo. Situación cómica que se resuelve suprimiéndolo y agregándolo a Tamasopo el 7 de octubre de 1946, esta situación inédita, prevalece solamente tres días.
Es muy posible que, existiera la clara intención de dejar a Agua Buena como municipio por razones de peso y consideración social, política y económica; empero, el sutil error cometido no permitió otra alternativa que enderezar la situación y no considerar un revés en el decreto del 4 de octubre de 1946 el cual desaparecía el municipio de San Nicolás de los Montes.
Agua Buena, en esos tiempos, era toda una fortaleza económica e industrial, contaba con muchos más habitantes que el vecino municipio de Tamasopo, contaba con organizaciones y sindicatos sociales, contaba con toda la infraestructura necesaria para conservar su municipalidad, aún así, el Congreso del Estado opta por congregarle a Tamasopo lo más rico de toda le región, de toda la huasteca; de toda la zona media potosina; Agua Buena y su ingenio.
Hoy en día se celebran en la cabecera municipal sencillas festividades para recordar que el 5 de diciembre de 1932 nace Tamasopo como municipio. Me permito diferir, el auténtico municipio de Tamasopo surge el 7 de octubre de 1946, momento histórico en el que se fusionan no solo la geografía física, política y social, se fusionan además, características que convierten al día de hoy a un Tamasopo fuerte, grande, vigoroso, histórico y único.
Hablar de un Tamasopo sin Agua Buena o sin Tambaca, sin Damián Carmona; no tiene sentido, Tamasopo antes que nada, es cañero, y eso lo heredó por circunstancias y determinaciones de los decretos que el Congreso del Estado emitió, primero, para rediseñar la geografía política estatal y, segundo, para cubrir con la fusión su descuido u omisión.
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