martes, febrero 27, 2018
HIDROGRAFÍA MUNICIPAL
Como la legendaria Mesopotamia, se erige entre ríos, se viste de verde follaje que florece gracias a la excelente humedad que, en términos generales, se aprecia en gran parte de su relieve.
Las corrientes de agua en este Municipio son: Río Tamasopo, Río de los Otates, Río Frío o Gallinas, Río Verde, Río Santa María, cuenta además con arroyos permanentes como El Nacimiento, Piedritas, Ojo Caliente, San Nicolás de los Montes, y otros cuerpos como la Laguna Grande al Norte de su territorio, el Estanque en el Naranjito y las Pozas Cuatas cerca de Tampasquín, La Ciénaga denominada “Cabezas” que en realidad se llama “Tampasquín”; ecosistema que alberga al lagarto de pantano (Crocodylus moreletii), saurio en peligro de extinción.
El Río Tamasopo nace cerca de El Cafetal, baja por las ondulaciones de la sierra formando vistosos pronunciamientos, llega a la zona baja para continuar su curso por el Sur, por corto trayecto y antes de llegar al poblado de la Cabecera Municipal se dirige ahora hacia el Este en donde después de pocos kilómetros; atravesando el Ejido Tamasopo, se une al Río de los Otates en el lugar llamado Las Adjuntas. Este río es caudaloso en su parte alta y su fauna es escasa debido quizás a la temperatura baja de su cauce y a las cascadas altas que fungen como barreras o fronteras para especies de peces provenientes de áreas bajas, de tal forma que, en esa parte alta el contenido de fauna se compone de pequeños cíclidos nativos.
El Río de los Otates brota en el paraje del mismo nombre, de ahí el sustantivo, sitio ubicado al Oeste del Ejido de Agua Buena, caudal que se desplaza entre el cañón de dos cerros hasta llegar al Trampolín; pintoresco lugar en donde recibe un pequeño ramal del Río Tamasopo, este río tiene una temperatura cálida, su flora y fauna es muy variada. Pasa a un costado de la población citada y se desplaza hacia el Noreste, recibe las aguas del arroyo El Nacimiento, mismo que nace en el Norte de la comunidad de Agua Buena, continua su curso hacia el Este hasta unirse con el Tamasopo.
Ambas corrientes, al mezclarse, crean condiciones especiales de temperatura que permiten un claro enriquecimiento del aparente nuevo cauce, profundidades considerables que convierten el caudal en un supuesto nuevo río al que los lugareños llaman Río Tambaca; desde ese punto hasta unirse con el Río Frío o Gallinas, el río atraviesa los valles bajos y riega con sus aguas los campos de cañaverales abundantes en ambos costados de la ribera, es punto de referencia también, como límite territorial entre ejidos y después, para demarcar la separación entre los municipios de Ciudad Valles y Tamasopo; en el Este.
De los cursos hidrológicos que nos llenan de orgullo, el más extenso es el Río Frío o Gallinas, llamado originalmente como Tanchamay que en lengua tének hace referencia a un sitio frío, helado. Esta corriente nace dentro del Municipio, en el Noreste, cerca de las localidades del Quince y Los Ríos y no como se suele ilustrar en innumerables referencias turísticas y geográficas del Estado con un origen desde el vecino Municipio de El Naranjo. Es la fusión de dos sencillos arroyos que se unen prematuramente en las inmediaciones de las mencionadas comunidades.
Su curso se aprecia galantemente acompañado por miles de ahuehuetes de impresionantes grosores, mismos que dan sombra a sus tranquilas y cristalinas aguas que albergan endémicas especies acuáticas con hábitos nocturnos. En su trayecto, rumbo al Sureste del Municipio, a escasos metros de Damián Carmona, recibe las gélidas aguas del Arroyo de San Nicolás de los Montes enriqueciendo un poco más la biodiversidad de la entidad.
Al dejar a El Chino atrás, se adentra al Municipio de Ciudad Valles por breve espacio geográfico, en donde recibe las cálidas aguas del Piedritas; reducto hidrológico de lo que fuera la ciénaga en el Norte de Tambaca aún nombrada Tanchayan, misma que fuera drenada para arrancarle superficie aprovechable para el monocultivo de la zona. Posteriormente el Frío sirve como frontera natural entre Rascón, Delegación perteneciente al Municipio de Ciudad Valles y el territorio de Aquismón; el cual concluye exactamente en el punto donde éste recibe las nutritivas y abundantes aguas del Tambaca, en realidad decir Tambaca es solo eso, una expresión, se trata de los ríos de los Otates y Tamasopo que dan la auténtica apariencia de un nuevo curso formado con anterioridad varios kilómetros rumbo al Oeste. Desde el citado punto -frontera compartida con los municipios de Ciudad Valles y Aquismón, nombrada desde inmemorable tiempo como “Paso Real de Tambaca”-, el Frío separa únicamente a nuestro Municipio con Aquismón hasta el abrupto final de la corriente.
Las aguas del Tambaca tornan espléndidamente la temperatura del interior del río Tanchamay, como consecuencia, la naturaleza permite la abundante presencia de carrizos, otates, palmeras, palos de rosa, higuerones, cedros, ceibas, sauces, orejones, entre cientos de especímenes más, igual en el interior, la diversidad de fauna es notoria.
Turísticamente existen bellos parajes dignos de ser visitados, desde Damián Carmona, El Chino y, desde El Carpintero hasta El Tamúl.
Su recorrido lento permite escasas cascadas, cerca de Damián Carmona, sin embargo, una vez que ha recibido las aguas del Tambaca forma en su marcha innumerables cascadas hasta cerrar con broche de oro su existencia; sí, el Frío concluye formando la maravilla huasteca por excelencia, la máxima joya natural que los tamasopenses compartimos con todo aquél que guste hacerla propia: La Cascada del Tamúl.
El Río Verde, se desplaza por el Suroeste hacia el Sur del Municipio y su caudal sirve como límite entre los municipios de Tamasopo y Santa Catarina; aunque en algunas partes la línea imaginaria que delimita el territorio de ambas jurisdicciones suele quedar a la izquierda o a la derecha después de haber cruzado el río, hasta que se une al Río Santa María que en su trayecto entre Tamasopo y Jalpan de Serra (Querétaro) recibe las aguas del arroyo Ojo Caliente y de la Ciénaga Tampasquín a la altura de la comunidad de General Emiliano Zapata y, en el Sureste, este afluente es frontera natural con Aquismón hasta El Tamúl.
Éstos dos afluentes -el Río Verde y el Santa María- son los que presentan mayor diversidad de vida en su interior, sobresalen entre otros la tilapia, el bagre, el chontol, el boquín, la lobina, guabina, algunos cíclidos caracoleros, langostinos, cangrejo de río, sardinas y charales, además del lagarto de pantano que proviene del cercano humedal de Tampasquín; los lugareños lo llaman “lagarto prieto”. Algunos pescadores furtivos aseguran haber capturado anguilas y un escurridizo pez al que nombran salmón blanco -sumamente veloz y nervioso- más no así el más común -boquín- pues con suerte, sobre el Río Verde, en el área denominada Ojo Caliente y dentro del cauce que recibe el sustantivo local de Río Chico, encontrarse con un cardumen de esta especie es un espectáculo único.
El resto de los cuerpos hidrológicos, igual presentan características únicas que resaltan la riqueza biótica de la que son poseedores. El Arroyo Ojo Caliente, con su flora peculiar que nos remonta en la imaginación a un periodo formativo de la prehistoria, con sus helechos sobre la ribera y cientos de serpientes en su interior, además es común encontrarse algún lagarto. Su cauce es corto, su interior frío y de mínimas profundidades que no rebasan los dos metros, pero la excesiva sombra que lo protege le imprime un aspecto turbador.
La Ciénaga de Tampasquín se extiende por una amplia zona en el Sureste del Municipio, sus aguas albergan gran diversidad de flora y fauna, peces endémicos que suelen perderse a la vista entre el exuberante mosaico vegetal que erguido desde el fondo lodoso que conduce al cauce se transforma en cómplice de los nativos peces, también es ecosistema natural del lagarto de pantano (Crocodylus moreletii), especie protegida, en peligro de extinción, saurio amenazado por actitudes ignorantemente clandestinas. Este lagarto americano conocido como cocodrilo pardo o negro, alcanza una longitud de 2.5 metros y vive también, en toda la zona del Golfo mexicano y Centroamérica.
Su cuerpo pantanoso se extiende entre las comunidades de Cabezas, Capuchinas, La Esperanza y Veinte de Noviembre, a partir de aquí, pierde su forma predominante y se desplaza convertido en río hacia el Sureste para concluir su recorrido en el río Santa María en donde forma hermosas caídas de poca altura.
En ese trayecto de pocos kilómetros, se forma la espléndida cascada California, aunque con pocos metros de altura rompen con la idea de que los pantanos son solo aguas tranquilas que llenos de manglares fungen un importante papel ecológico y que sus residentes son temporales pues suelen desplazarse al exterior de este.
La ciénaga Tampasquín es un sitio sumamente hermoso, desde sus múltiples nacimientos que cristalinos transmiten la pureza del líquido que placentera y armoniosa, emergen de las entrañas de la Sierra Madre Oriental. De todos ellos, quizá el más bello es lo que los lugareños llaman “las pozas de lascuranas” cerca del Ejido Cabezas; rumbo a la ranchería de La Joya de los Novillos.
Para llegar a este singular humedal palustre, adéntrese por Los Cuates; ubicado en el kilómetro 38 de la carretera Ciudad Valles – Río Verde, por la terracería cañera que se proyecta al Sur, a menos de un kilómetro después de haber salido de Los Cuates encontrará la desviación del camino hacia Cabezas, una vez ahí, podrá contemplar la belleza del área que llena de flora y peces, bajo un sublime rojizo; engalanan aún más la línea de sauces llorones que proporcionan buena sombra al visitante.
El Santuario del lagarto de pantano no es propiamente un lugar para nadar, más bien, es recomendable para quienes disfrutan conocer parajes en donde el atractivo principal es la exuberante flora e infinidad de especies animales; sobresaliendo las aves, la gran mayoría de ellas procedentes de América del Norte y de la zona del Golfo de México, incluso se podrán apreciar algunas como el mot mot (Momotus momota) originario del Norte de América del Sur, por igual el pájaro “Coa” (Trogon elegans).
El reducto de la ciénaga de Tanchayán nombrada como “Piedritas” presenta en sus primeros kilómetros de su longitud el aspecto de común canal de riego, empero, una vez que abandona el Ejido de Tambaca y se introduce en el de Rascón, en sus márgenes se encontrarán enormes árboles y bellísimos remansos, su depresión es variable pues tiene espacios que van desde los 30 centímetros hasta los 8 metros. Su agua aunque aparenta claridad es a dos metros de inmersión turbia. Contiene tilapias, mojarra caracolera, lobinas, tortugas, sardinas, charales, serpientes y, hace algunas décadas atrás, aún se podían encontrar lagartos de pantano.
El Nacimiento “La Primavera”, brota en el pueblo de Agua Buena, hacia el Norte de este y se desplaza al Noreste entre campos de cañaverales. Su presencia abastece a esta comunidad del vital líquido, no hace mucho, en su interior la abundancia de cangrejos y ranas era extraordinaria, lamentable la actitud furtiva de los humanos que sumado a los desechos de aguas negras han mermado las nativas especies casi al borde del exterminio. Su longitud es de 4 kilómetros aproximadamente, se une al Río de los Otates en el punto denominado Los Puentes Cuates.
El Arroyo de San Nicolás de los Montes surge en las inmediaciones de aquella montañesa población, de ese relieve transita rápidamente hacia el Este, entre la serranía formando cascadas de singular belleza que solo es posible acceder a caballo, desplazándose entre los cañones y “joyas” pintorescas llega a la altura del Aguacate para recibir el canal de desagüe de los excesos del Río Frío, caída con enorme potencial económico dentro del turismo, y otros kilómetros más, al dejar a Damián Carmona y alinearse el terreno del entorno, ambos se unen en un solo caudal. Este curso montesino es tranquilo y permanente, pero en temporada de lluvias suelen surgir múltiples nacimientos que hacen converger sus fuertes y rápidos desplazamientos sobre uno solo.
El resto de los cuerpos acuíferos aparentemente inmóviles, albergan especies endémicas de peces; ha excepción de El Estanque en Naranjito en donde ha sido introducida la tilapia. Son entidades frías, de considerables profundidades, Laguna Grande se localiza al Norte del Municipio y representa un enorme captador de aguas fluviales, en contraparte, los cuerpos El Estanque y Pozas Cuatas -en Tampasquín- son diminutas en superficie y su presencia nunca ha representado peligro alguno para los humanos. Cabe señalar que en éstas dos últimas citadas está restringido para las personas introducirse en ellas. Por las noches poéticos espejos de Luna.
Bibliografía:
"Raíces. Antología de ensayos".
José Trinidad Rojas Gómez.
Tamasopo, San Luis Potosí, 2016.
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