AUGE OMITIDO

Por alguna cuestión, quizás vanidad social, quizás orgullo sustentado en la negación; de esas negaciones placenteras que la evolución histórica pretendiera convertir en realidad y eclipsada con la insistencia constante, de esas negaciones sin razón, sin fundamento, sin argumentos válidos mas que su mayoría; como si el ser más numerosos fuera un orgullo y una acertada actitud democrática para autodeclararse en la razón.
En ese tono, se ha señalado que Tamasopo cabecera obedece en su desarrollo y consolidación social en gran medida, al paso de la vía ferrocarrilera; al respecto, habría que decir que, tal afirmación corresponde a un limitado punto de vista que centraliza circunstancias que incluso, desconocen.
Pongamos un ejemplo, Ciudad Valles en 1890, ya con la vía del tren, era un pequeño caserío insignificante que narraciones de la época coinciden en señalar como “pobre”, “insalubre” y “sumido en el olvido”. Sin embargo, antes de la llegada de la carretera México – Laredo, un sector importante del pequeño Valles consolidan a tal como el centro de operaciones comerciales, como el puerto de salida para la producción interna del resto de la huasteca, y de entrada de otros productos indispensables para el desarrollo de la región.
Gracias sí, al ferrocarril; pero el tren solo fue el medio, la grandeza de Ciudad Valles obedece en gran medida a la existencia de una región huasteca que la abastecía de productos y recursos que originaron actividad social, económica y política.
Ciudad Valles por sí sola jamás habría logrado un despunte, encontrarse ubicado cerca de la vía férrea no era suficiente, requirió de elementos externos que lo consolidaran.
De forma similar, Tamasopo contó con esos elementos estables hasta entrados los años treintas provenientes de la cercana Agua Buena, a la sombra, bajo su regazo, tan dependiente que cuando aquella entraba en crisis nerviosa los sedantes tranquilizadores se ingerían en la cabecera.
El pueblo de Tamasopo no se consolida gracias al paso del tren, se erige como tal gracias a su ubicación geográfica con respecto al Ingenio azucarero, de otra manera, todo pueblo con estación ferrocarrilera hubiera experimentado un crecimiento progresivo.
Ejemplos como Cárdenas o Cerritos no son extraordinarios, crecieron junto al ferrocarril y sin el, pareciese que se han detenido en el tiempo, en su marcha; perdiendo cada día la batuta regional como polo mercantil.
El ferrocarril solo fue un medio, su paso cierto, ejercía determinada influencia en un sector de la población.
No se pretende minimizar el papel económico del ferrocarril, no, de ninguna manera, la valía en el progreso del país es indiscutible, su introducción majestuosamente acertada.
Es un error asegurar que el auge de Tamasopo es por que la vía pasa por ahí, ¿quién fue primero? En un orden de tiempo: la vía, el ingenio y Tamasopo. De la vía al Ingenio: un ramal que los unía y en la intersección de ambas, en torno a esa unión de paralelas, brotó una nueva población, no gracias a la vía sino al movimiento que se generaba en la industria azucarera; misma que utilizó la vía como un medio y no como un fin.