sábado, junio 07, 2008

OCTAVIO BOLÍVAR SIERRA SÁNCHEZ


En el Estado de Guerrero, se reconoce que un adolescente bravío, de nombre Octavio Bolívar Sierra Sánchez fue el primero en rebelarse contra un sistema opresor, levantándose en armas en el mes de marzo de 1911, en la región de Zirándaro; con límites michoacanos.
Como muchos hombres formados entre el polvo y la pólvora, Bolívar Sierra milita en distintos bandos en el transcurso del azaroso proceso revolucionario.
Estabilizado el país, el ya para entonces Coronel, formó parte de la XXXVII Legislatura Federal, en esos círculos, se adhirió como simpatizante de Juan Andreu Almazán, al igual que muchos viejos militares extremistas, pretendió liderar un compacto equipo de apoyo a favor del candidato encontrando una abierta rivalidad con el Diputado Rafael Cárdenas, enemistad llevada a las armas, ocasión extraordinaria ridiculizada en la prensa.
Con la derrota a cuestas, con la indiferencia de Lázaro Cárdenas y de Gonzalo N. Santos, siente que el retiro ha llegado. Mientras tanto, cientos de asesinatos claves, estratégicos y coincidentemente de la gente de Almazán se suscitan por toda la República.
Señal que Bolívar Sierra entiende perfectamente, entonces el Coronel arriba a nuestra región refugiándose, poniendo distancia de posibles resentimientos políticos, con ese poder en decadencia y la ligera sensación de ser espiado. Por más de dos décadas se le aprecia siempre acompañado de hombres armados, montados en bellas bestias, cuatro lustros atesorando la valentía de la sociedad regional y convirtiéndose en uno de los grandes caciques dentro del municipio. Su influencia, “a gritos y sombrerazos”, se observa desde Tambaca hasta La Copa; lugar en donde suele pasar largas temporadas rodeado por sus hombres de confianza.
Atraído por la bonanza cañera, se convierte en uno de los principales productores que envían su gramínea a Xicotencátl, Tamaulipas, y al ingenio de Agua Buena; aunque su delicado carácter dificulta las relaciones con los vecinos ejidatarios de la zona.
Amante de las armas, celoso guardián de su integridad, Sierra Sánchez además de sembrar maíz y caña de azúcar, también siembra a su paso; ritmo de su caballo, vientos, mismos que el tiempo condensa en tempestades.

3 comentarios:

el SS dijo...

Muchas veces, los verdaderos heroes quedan en el anonimato, aùn siendo hombres de tanto valor y valer como lo fuè Bolivar Sierra. Pero que bueno que alguien lo recuerde, en el verdadero contexto històrico de nuestro hermoso Mèxico, felicidades al autor del texto, y que viva Bolivar Sierra! y todos los heroes anonimos!

leo guinea dijo...

Realmente un hombre justo y compartido , buen político y sobre todo honrrado

Anónimo dijo...

el fue tio de mi abuelo ellos llegaron a tambaca muchos conocemos esas historias

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