LADRONZUELOS

El día 13 de marzo de 1931 el Presidente Municipal de San Nicolás de los Montes avisa a su similar de Villa de Tamasopo lo siguiente:

“De la manera más atenta suplico a usted que en auxilio de esta Oficina se sirva ordenar lo que usted crea pertinente, a fin de localizar un robo (se entiende que se refiere al ladrón) efectuado anoche en la casa del Sr. Antonio Rivera.

Lo robado es lo siguiente: Dos pares de zapatos, una canana con parque de escopeta, el parque es distinto al usado por estos rumbos y la canana es de piel de Rusia, una frazada, un saco de uso personal, ropa interior, 60.00 en efectivo, siendo treinta en plata y treinta en oro, dos sombreros fieltro. Anticipo a usted las gracias por sus atenciones, quedándole protestando mi atenta consideración y particular aprecio…”
(Archivo Amoxcalli: 31-03-13)

Quizás el ladrón era del pueblo, alguien que conocía bien la casa y los movimientos del señor Rivera, pero bueno, había que hacer indagaciones y esas cosas que nada más restan tiempo, sin testigos, pues así no se puede.
Así que una forma de actuar era boletinar o comunicar mediante sencillo Oficio los acontecimientos a las autoridades más cercanas con el fin de involucrarlos, de alguna manera, que corriera la voz más veloz que el ladrón.

Casos como el anterior, incontables, delitos menores que se convertían, al menos, en ese quehacer cotidiano acostumbrado por los pequeños pueblos, y que, resumiendo, no es más que comunicación verbal; practicada desde primeras horas, y el mejor de los puntos, precisamente, en el molino de nixtamal que atendía don Antonio Rivera.

A distancia algunos hasta parecen jocosos, en 1936 Nicolás Acuña, vecino de El Cambio de Tambaca, comerciante, dice mediante mensaje escrito a la Presidencia Municipal de Tamasopo:

“Que hoy en la mañana cometió un robo en esta casa un individuo que se llama Manuel Jaso, y tengo informes que lo vieron muy de mañana ir con ese rumbo… sus señas: color blanco con bigote güero y ralo, como de 50 años, usa sombrero de paja plano, le gusta mucho tomar la caña, se robó una ropa fina de las muchachas y un par de calzado minero”.
(Archivo Amoxcalli: 36-02-20)