domingo, agosto 03, 2008

PARA UN TURISTA DIFERENTE


Tamasopo es uno de los principales destinos turísticos en la entidad potosina, los visitantes se vuelcan en parajes conocidos de cristalinas e incitadoras refrescantes corrientes de agua; empero, ignoran que otras riquezas aguardan en diferentes y poco distantes puntos geográficos.
El ejemplo más claro es San Nicolás de los Montes, celoso guardián de las erguidas ruinas de lo que fuera la Misión Franciscana que lograra edificarse durante el siglo XVIII, ruinas en mudas y desnudas paredes que silenciosamente gritan un glorioso pasado y que requieren ser consideradas como nuestro presente.
Trasladarse a San Nicolás de los Montes no es complicado, solo aborde la carretera que inicia en el Barrio El Nacimiento, en la Delegación de Agua Buena, 20 kilómetros en un rústico camino que serpenteando en la Sierra Madre Oriental le hará disfrutar de verdes bosques de encinos. Claro que, lo primero que observará al dejar atrás el pueblo de Agua Buena, es un prospecto de campo de estudio para muy futuras generaciones de antropólogos, mismos que habrán de estudiar profundamente los restos inorgánicos que bajo el concepto vulgar de basura constantemente desechamos.
La travesía es interesante, primero bordeará; literalmente, por el relieve de la sierra de tal manera que podrá observar los valles cañeros que a lo lejos, en el fondo, simulan sencillas figuras geométricas, unas verdes otras cafés, después el camino se perfila hacia el interior de la Sierra Madre así que, hacia ambos lados apreciará nutridos bosques en donde los encinos, los cedros, las palmeras, el chamal, la mala mujer y otras especies erguidos presumen sus dominios.
La mayor parte del camino se verá acompañado de sombras, de un aire refrescante, de la armoniosa rítmica que las aves emiten.
Antes de llegar a San Nicolás de los Montes, de su lado izquierdo, se encontrará con un pequeño recinto en donde la imagen de la Virgen María se posa sobre el final de dos escalinatas, a sus pies, sencillas jardineras en donde rosales engalanan el espacio que bien puede considerar para un ligero descanso o el refrigerio matutino.
De lo primero que observará al llegar será el cementerio del pueblo, existe otro al que llaman “el viejo”, en desuso, las cercas de piedra sobre piedra, le sorprenderán las dimensiones de los solares particulares.
En San Nicolás de los Montes el principal de los atractivos es el edificio franciscano del siglo XVIII, Misión religiosa levantada con bloques arenosos extraídos del arroyo cercano, hecho que permite apreciar en sus paredes gran cantidad de fósiles vegetales.
Si llegase muy temprano a la comunidad, contrate con algún lugareño, que le transporte a caballo a las cascadas que se encuentran rumbo al Aguacate; entre la sierra y hermosísimos cañones. Estas caídas de agua completamente vírgenes serían el complemento perfecto de un paseo serrano, importante señalar que la travesía a caballo le tomará cerca de cuatro horas.
En el pueblo, imprégnese de la magia que se percibe, deléitese con las narraciones orales que la gente mayor suele, con lujo de detalles, compartir. En San Nicolás de los Montes no encontrará fondas o restaurantes, cuando determine conocer este pueblo centenario lleve lo indispensable; o bien, fruta tropical que puede fácilmente compartir a cambio de una deliciosa comida casera.

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