viernes, diciembre 26, 2008

DESTILADO DE ORIGEN


Hubo un tiempo en el que se producía alcohol en el Ingenio de Agua Buena, posteriormente el “Alianza Popular” de Tambaca también lo elaboró. Esta vasta producción líquida proveía clandestinamente a quien quisiera adquirirlo; considerado claro, como un pequeño favor para quien lo extraía, una sutil inversión en el banco personal de los favores.
Fue tan común, sin justificar el hábito, que parte mínima e imperceptible de ese líquido se convirtiera en refrescante bebida embriagante que circulaba en pequeños grupos sociales que reunidos con ex profeso fin, degustaban de amenas reuniones en donde los tópicos solían ser las herramientas utilizadas dentro del Ingenio, de fut bol y de aventuras dimensionales con paquidermos de color rosa; claro sin faltar, las estrategias y medidas salomónicas para resolver los enigmas universales.
Con el alcohol elaboraban un preparado casero, lo mezclaban con agua para rebajar y apaciguar los demonios que habitan el líquido, se agrega algún refresco con sabor a fruta cítrica, hielos y algo de azúcar: el resultado era el conocido “chimbombo”.
También proliferó la presentación conteniendo fragmentos simétricos de alguna naranja, toronja o limón, solo para agradar a la vista con el aspecto de la fruta.
Quiero suponer que, esta costumbre alcoholera de alcoholizado mínimo sector, es o fue de común práctica en todos aquellos sitios en donde los ingenios azucareros también elaboraban el líquido.
Fue practica también, la combinación sencilla e insípida con algún refresco de cola, hábito de holgazanes y sedientos impulsivos.
El auténtico “chimbombo” mezclaba sus ingredientes con suavidad, con paciencia, dulzura, incluso la cantidad de hielo era fundamental para el buen sabor.
De marca propia, el “chimbombo” pasó por varias generaciones y cada una de ellas marcaba un sutil sello incorporándole ingredientes naturales o químicos con el claro objetivo de hacerlo más agradable y suave.
La palabra “Chimbombo” proviene del lenguaje popular utilizado en algunos países latinos para referirse al recipiente que siendo de plástico, contiene alguna bebida alcohólica, garrafa sería quizás el sinónimo más acertado, en el caso local, tendría que referirse a la jarra empleada para preparar la embriagante bebida, así, cualesquier preparación líquida alcoholizada en estos recipientes adquieren el sustantivo de “chimbombo”.
Su uso, demasiado común antes de la aparición en los mercados de los destilados económicos del occidente nacional, su deleite siempre al aire libre, al natural, bajo la complicidad de alguna nocturna luz artificial o inspiradora; bajo el manto oscuro de alguna fría y estrellada noche.

sábado, diciembre 20, 2008

SENDAS DE ENCANTO: EL TAMÚL


Sobre la carretera Ciudad Valles – Río Verde, en el kilómetro 32 se encuentra Santa Anita, de ahí parte una sencilla vía de terracerría de 18 kilómetros de longitud que lo habrá de conducir hasta Tanchachín; pueblo asentado en las proximidades del Tampaón en donde habrá de embarcarse río arriba para maravillarse con la joya máxima de una huasteca exuberante.

Su aventura no inicia en el río sino en el momento de adentrarse por los 18 kilómetros, a su lado derecho observará la sierra que enorme se levanta señorial, a su izquierda, un extenso valle en donde el ganado vacuno pasta por los verdes prados, al fondo; una silueta que árboles frondosos resguardan el riachuelo que siempre podrá mirar a la distancia. La abundancia de agua ha permitido la instalación de estanques de reproducción y engorda de tilapias; también habrá de encontrar un centro de reproducción y preservación del lagarto.

En este recorrido deléitese con la presencia de enormes árboles, ceibas, cedros, palos de rosa, orejones, chotes, entre muchas especies más, se sorprenderá cuando observe que los pequeños ranchitos que irá dejando a su paso aún poseen el valor de la coexistencia natural pues han edificado sus rústicas casas entre los verticales tallos que erguidos e imponentes reclaman sus espacios; mientras que en las zonas urbanas día a día pierden terreno.

Al llegar a Tanchachín, contrate al lanchero que lo habrá de llevar hasta la renombrada cascada, pudiera suceder que en ese momento no se encuentren disponibles; entonces, prosiga su camino hasta La Morena, pueblito que cruzando el río ofrece el mismo servicio al turismo.

Ya en el embarcadero, suba a la lancha y prepárese a continuar con su aventura. A su lado derecho observará primero enormes sauces llorones; muchos de ellos caídos, muestra de las fuertes corrientes que suelen arribar a la ribera en tiempos de crecientes, del otro lado, hermosos álamos que a 40 metros de altura proyectan un follaje motivador que a la vez es utilizado por aves que han construido sus nidos en conjuntos de hasta 16, éste pájaro es de tamaño regular y tiene el plumaje negro, contrastan las plumas largas amarillas en su cola y diminutas en su cabeza.

Al adentrarse por el cañón formado por los dos cerros, aprecie las rocas que erosionadas al paso de los miles de años han tomado caprichosas formas en su grisáceo relieve, déjese extasiar por la sublime sensación de ser conducido por lo desconocido, en éste tramo la vegetación es precaria, sin embargo, es habitat de cientos de iguanas que al sentir la presencia humana se resguardan provocando con su huída el derrumbe de hojarascas que le harán detener su respiración.

A mitad de senda, le aseguro dejará escapar una exclamación, de repente, sin previo aviso, ante sus ojos se posarán pequeñas caídas de agua envueltas en musgos y helechos, entonces, habrá de sacar su cámara o celular para atrapar ese momento, contigua, la “Cueva del Agua”, un taza natural que es receptora principal del agua que se ha filtrado por resumideros del río Frío; canales subterráneos que brotan aparentando nuevos nacimientos, sitio sensacional en el que le sugiero invertir un mínimo de 30 minutos, preferentemente de regreso.

En ese orden, descenderán en dos ocasiones para poder avanzar sobre rápidos, pasando el segundo de ellos, encontrará un nacimiento a su lado izquierdo, el agua brota de entre rocas que asemejan un doble perfil del rostro humano. Dulce y un tanto “gorda”, el agua es potable y fresca en demasía; si en sus manos trae un recipiente o botella vacía, llenarla con éste líquido no sería mala idea.

También habrá de mirar una caverna en el inferior del peñasco que se erige gigantesco sobre la línea sinuosa de intenso azul celeste que sirve como medio conductor de su única meta y objetivo dibujado en su mente. La primera impresión, a distancia, pareciera que tres delgados y frágiles palitos detienen la mole; motivo para alegres comentarios que romperán con el cansancio de la travesía y del pesado golpe que los rayos del Sol, sin piedad alguna, insistentes sobre la piel, hasta lograr un ligero cambio de tonalidad.

En su momento, el capitán del vehículo les comentará: “Atrás de aquella vuelta de cerro está la cascada”; entonces su respiración se tornará suave, lenta, cuidadosa, afinará el sentido del oído, quizás cerrará los ojos con la finalidad de apreciar a la distancia el sonido que produce la cascada y, sí, la emoción le delatará pues será inevitable un grito cohibido, hasta transformarse en desbocada sonoridad al observar magnánimo, la caída de 103 metros ; por cierto, no entiendo la insistencia de decir que son 105.

La experiencia de estar frente a la cascada de Tamul es indescriptible, sería un crimen intentar señalar las emociones que suele el sitio arrebatar. Aquí las imágenes lo dicen todo.

Existen también, otros dos accesos a la Cascada, ambos mediante caminos de terracería que culminaran a pocos cientos de metros sobre el río frío. Esta opción le permitirá apreciar la vista del paraje desde la parte superior. Una de esas rutas parte de El Saúz y la otra de El Carpintero; pueblos sobre la carretera federal Ciudad valles – Río Verde.

Ambas rutas culminan en el mismo sitio pero son en su longitud completamente distintas, quizás la más atractiva sea la que inicia en El carpintero, igual, es la más larga y solo disponible para autos de doble tracción.

Al llegar al punto final de la carretera iniciará su travesía por un sencillo camino a orillas del río Frío; mismo que en dialécto teenek se nombra Tanchamay, en la breve caminata sobre la rivera seguramente no dejará pasar la oportunidad de disfrutar de la multitud de pozas y remansos que cristalinos e incitadores, de quietud majestuosa, serán receptáculos de su desbordante algarabía.

Cuando llegue al final de la vereda se sorprenderá ante la caída del agua, frente a ésta, el talud del cerro completamente lleno de follaje, de musgos; un suave verdor bañado constantemente con la brisa del torrente. Podrá descender para contemplar la cascada desde abajo o si preparado está, practicar un peculiar descenso a rapel.
Tamúl, palabra teenek que significa “lugar de cántaros”.

viernes, diciembre 05, 2008

LA MUJER DE VESTIMENTA BLANCA (leyenda)


Fría noche de invierno, de las casas solo una pequeña y débil luz asomaba por las ventanas; afuera, por las calles, el viento rasgaba la tierra levantando un sonido escalofriante, la neblina cubría por completo la visibilidad, difícilmente podría distinguirse cualquier ser aún teniéndolo a escasos metros.
Pedro se encaminaba, como todos los días, a su casa. Arrastraba sus pasos con pasmosa lentitud, llevaba en su mano derecha la bolsa colorada que día con día, su esposa usaba para enviarle comida al trabajo, cuesta arriba, Pedro recorría la calle principal del Barrio de la Santa Cruz para poder llegar a su domicilio.
Cansado por el excesivo trabajo dentro del ingenio, solo pensaba en llegar a casa y tirarse a dormir, sobre la cama, en el sofá, donde fuera; pero en la casa.
El frío viento le golpeaba el rostro a cada instante, pero él, continuaba lento su camino.
Sobresaltado, sintiendo la sensación de ser observado, continuamente volteaba la mirada hacia atrás como queriendo ver a alguien, se sentía observado, podía sentir incluso ligeros pasos, suaves y delicados, entonces detenía su marcha y en ese preciso instante cesaban aquellos diminutos pasos. Se empezó a inquietar, apresuraba el paso pero sentía no avanzar, y aquellos pasos, cada vez más y más cerca.
Sentía que el corazón se le salía del pecho, incluso, quiso llevarse su mano izquierda para detenerlo pero no logró moverla.
Estático, inmóvil, como petrificado, sentía como poco a poco era alcanzado por aquél misterioso ser que le seguía.
El viento frío logro que Pedro reaccionara pero solo par ver pasar junto a él una esbelta mujer, de pelo largo, suelto, instante insuficiente pues no pudo observar el rostro de tan atractiva figura.
“Buenas noches Pedro”, pronunció con voz de lo más normal aquella mujer.
Pedro, aún desconcertado, nervioso por la traición del miedo, solo se limitó a contestar el saludo. Parado ahí, vio perderse entre la neblina aquella mujer que, parecía flotar a escasos centímetros del suelo, la vestimenta larga, de un blanco deslumbrante cubría completamente hasta sus pies.
Titubeante, Pedro decide seguir aquella mujer, no le importó el cansancio, el miedo, el tormentoso silencio y los perros; los perros no están ladrando, se cuestiona Pedro, que importa, con éste frío quien ladra. Acelera el ritmo de su andar para dar alcance a aquella mujer, pero ésta, al sentir los pasos de Pedro le dice: “Pedro, no me sigas, vete a tu casa”.
Pedro haciendo caso omiso, como impulsado por el viento fuerte que arrastra a su paso todo, se dirige autónomo, idiotizado, hechizado por fuerzas inexplicables hacia la mujer de vestimenta blanca.
Los ojos de Pedro se tornaban poco a poco un tanto rojizos, había perdido el habla; solo balbuceaba sin sentido, fija la mirada hacia la mujer, camina como desesperado, sin control.
Al tener cerca de la misteriosa mujer, Pedro la abraza por la espalda y con movimientos bruscos intenta frenético recorrer aquél cuerpo con sus crudas manos, la gélida temperatura en Pedro y el intenso clima de aquella noche contrastaban con la sudada y caliente figura de la mujer, a él no le interesó, solo quería abrazarla, besarla, tenerla entre sus brazos y poseerla.
Inexplicablemente aquella mujer no se opuso a los deseos de Pedro, solo reía suave, susurraba vocablos desconocidos, diferentes, susurros que Pedro por lo apresurado en sus propósitos, no atendió.
De golpe, Pedro detiene su acción como para observar a su alrededor y comprobarse de que nadie fuera atestiguar aquel suceso.
Observó poco, lo cerrado de la neblina no permitía ver demasiado, escuchó nada, ni los perros que en otros días anunciaban el paso de Pedro rumbo a su casa, solo sentía un intenso calor en su cuerpo.
Al comprobar que no era visto por nadie, continuó con su aventurada actitud, volvió a tomar aquél cuerpo y trató inútilmente de despojar de la vestimenta blanca a la sudorosa esbelta figura, intentó incluso, a tirones, desprender en pedazos la tela, pero solo se percató de que por alguna razón estaba perdiendo su fuerza. Entonces, aleja sus manos de la ropa y gira aquél bello cuerpo para verlo de frente, para contemplar a la mujer que lo estaba; literalmente, volviendo loco, para besarla, para mirarle a los ojos y descubrir correspondido la complicidad del deseo.
Aquél grito fue aterrador, Pedro corrió sin dirección fija, gritaba: “su cara, su cara”, corrió horas y le parecía pasar siempre por los mismos sitios, del cansancio desfalleció y se refugió entre pequeños montículos, ahí pasó el resto de la fría noche, temblando de miedo y balbuceando incoherencias.
Al medio día, encontraron a Pedro en un estado deprimente, recargado sobre la esquina que formaban dos tapias, con la mirada fija en invisibles figuras, el poco pelo erizado y lleno de polvo, tenía por todo el cuerpo moretones y rasguños, algunos de ellos profundos hasta los huesos.
Se encontraba sumido, perdido a causa del desequilibrio emocional que había sufrido horas antes, cuando impulsado por el deseo de poseer a la mujer de vestimenta blanca descubre horrorosamente una realidad hasta hoy desconocida.
Lo cierto es que, las personas que lo encontraron, acudían al sepelio de una joven mujer la cual en vida era señalada por la costumbre de pasear a solas por las calles obscuras y solitarias de aquél barrio, costumbre nocturna que la gente interpretaba de malos pasos y la relacionaban con hechicerías tildándola de bruja.
Ahora yacía en un ataúd grisáceo y la blancura de su vestimenta resplandecía de extraña manera.
Lo confuso para los asistentes al sepelio eran las largas uñas de esta atractiva mujer, se encontraban manchadas de sangre fresca y su rostro sudoroso reflejaba una pequeña y pícara sonrisa de satisfacción.

martes, diciembre 02, 2008

TAMASOPO: RESEÑA BREVE


El municipio de Tamasopo se localiza en el Sureste del Estado de San Luis Potosí, cuenta con una superficie territorial de 1,328.73 kilómetros cuadrados, colinda al Norte con Ciudad del Maíz y El Naranjo, al Este con Ciudad Valles, al Este y Sureste con Aquismón, al Sur con Jalpan de Serra; en el Estado de Querétaro, al Suroeste con Santa Catarina, al Oeste con Rayón y, al Noroeste con Alaquines. A la cabecera municipal corresponden las siguientes coordenadas geográficas: 21° 55’ de Latitud Norte y 99° 23’ de Longitud Oeste, con 360 metros sobre el nivel del mar.

Pertenece a la zona Huasteca Geográfica y es uno de sus municipios más fértiles pues la humedad es una constante a favor; aunque prevalece el monocultivo de la caña de azúcar. El municipio presenta un contraste entre sus principales regiones geográficas, la serranía boscosa aún con ecosistema de encino prevaleciente y una altitud en promedio de 940 metros, alberga un rico mosaico en biodiversidad; propio de la Sierra Madre Oriental, la zona alta se ubica en estribaciones de la misma Sierra Madre Oriental pero adentradas ya en terrenos de la Sierra Gorda, ahí el clima es más frío pues tiene alturas de hasta los 1100 metros, la vegetación y fauna son similares a la zona Media potosina; esta por demás decir que, la habitan los indígenas Xi’ úi y es la zona más pobre del municipio, la zona de los valles, ubicados en los márgenes de los ríos y entre la Sierra Madre Oriental y pequeños plegamientos de ella, hacia el Sur y el Este del municipio, en esta área se concentra la mayor parte de los habitantes de la entidad y se ubican las poblaciones más importantes; contando con los servicios esenciales de urbanización y con medios de comunicación y transporte que la hacen accesible para el desarrollo de sus actividades económicas, entre las cuales destaca el cultivo de caña de azúcar y su posterior industrialización y el ecoturismo o turismo de aventura que en años recientes ha manifestado preferencia en su practica por miles de personas que en cada temporada vacacional acuden a los múltiples parajes de ríos y cascadas, aquí el clima es sub húmedo con una temperatura anual; en promedio, de 23° C.

Tamasopo, frontera cultural de grupos; huastecos y Pames, los primeros, asentados en los fértiles valles que resguardan las riveras al Sureste, Este y Noreste del municipio, presencia poco estudiada y menos difundida, a pesar de contar con vestigios importantes que atestiguan la incursión de los mesoamericanos. Huellas de ello, son encontradas desde Damián Carmona hasta las inmediaciones de El Trigo; pasando por Tambaca en donde se han encontrado piezas con relieve denotando símbolos claves que bien pudieran descifrar ese pasado prehispánico del municipio. El segundo grupo, los Pames, indígenas que coexisten hoy en día y que, a diferencia de otros grupos sociales indígenas más desarrollados no mantuvieron asentamientos perdurables pues sus costumbres estaban vinculadas a los muchos grupos semi nómadas que habitaron la amplia zona de lo que algunos investigadores han llamado Aridoamérica, o bien, más locales aún, la Guachichila; habitada por feroces chichimecas. Aunque, practicaban una incipiente agricultura de autoconsumo; actividad que los tornaba sedentarios mientras se cumplía el ciclo del crecimiento y cosecha del maíz. De ello, el Dios del Trueno representa la más vívida expresión agrícola.

Tamasopo, municipio relativamente joven, con un pasado que se mezcla entre vestigios de una cultura milenaria y el brusco asentamiento de encomenderos, hacendados y religiosos misioneros, combinación de visiones, de formas y estilos, Tamasopo, fruto de circunstancias trashumantes, de incipientes zafras piloncilleras en sueños jesuitas, de ambiciones desmedidas que trazaron su camino por el relieve virgen; mancillando con su paso esférico la fertilidad de esta tierra, municipio forjado por hombres y mujeres que sembraron todas sus esperanzas en la gramínea con la seguridad de cosechar un dulce bienestar.

Este municipio surge de la fusión territorial de otros tres, La Palma, San Nicolás de los Montes y Agua Buena, y debe su florecimiento social y económico a dos factores, principalmente, al paso de la vía ferroviaria San Luis Potosí – Tampico y al establecimiento de la Sugar Company Río Tamasopo en Agua Buena.

En las primeras décadas del Siglo XX, la región experimenta un despliegue importante en su estructura demográfica pues es receptora de migraciones de habitantes de la zona media potosina quienes ven en la naciente actividad azucarera las oportunidades de bienestar y estabilidad laboral.

Esta región, al igual que muchas partes del país, es testigo y partícipe de algunos movimientos sociales vinculados con los abanderamientos agrarios que exigían la repartición de tierras entre los campesinos, también fue una zona asolada por seudos revolucionarios, acciones perpetradas por personajes locales y vecinos de la zona media potosina quienes escudándose en el poder de las armas y la confusión social imperante, cometían atropellos con la población.

En tiempos post revolucionarios, la cuestión agraria se torna realidad para cientos de beneficiados por todos los rumbos del municipio; principalmente en los valles; convertidos hoy en día en campos de monocultivo cañero, actividad económica que representa el alma de Tamasopo, teniendo a Tambaca como el pilar más fuerte y sólido de la estabilidad municipal.

Al paso del tiempo, el municipio va transformando su entorno, adaptándolo a su ritmo de crecimiento y con ello, el establecimiento de la infraestructura en bienes y servicios, situación que lo presenta como una zona rica en recursos naturales, como una tierra de oportunidades en donde la inversión privada suele redituar avances significativos.

Las poblaciones que sobresalen por su conformación demográfica, son: Tambaca, Tamasopo (cabecera municipal), Agua Buena, Damián Carmona, La Palma, El Chino, Los Cuates y Veinte de Noviembre, núcleos importantes del constante progreso de este joven municipio.

SOLICITUD DEL “ALIANZA POPULAR”

“SOLICITUD de concesión para aprovechar en uso industrial las aguas del río Tamasopo, municipio del mismo nombre, S.L.P.   Al margen u...