viernes, noviembre 28, 2008

AFRENTA PAGADA (anécdota)


A don Nato, se le recuerda por sus graciosas “puntadas” que por costumbre solía cometer, se le recuerda como honrado, recto en sus actitudes administrativas, en fin, a pesar de su precario nivel cultural y académico, se le recuerda y eso, muy estimado amigo mío, eso es ya ganancia.

Corrían los días calurosos de abril cuando don José Gómez subía tranquilamente la escalinata que tiene la cualidad de sorprendentemente transformar en su personalidad a todo aquél o aquella que ose intencional, con todo el fervor de su ardiente corazón, subir diariamente por ese sitio y acceder al recinto para a sus pies contemplar al pueblo.

Don Pepe acudía a la Presidencia Municipal para entrevistarse con don Nato y plantearle algunas inquietudes respecto a los linderos de los terrenos que ambos tenían en común, cosa sencilla, de esas veces que se dicen: “¡si mi amigo, usted no se preocupe, no hay problema!”.

Al cubrir la cuota de espera, lo hacen pasar con don Nato quien al ver al buen José le cuestiona su presencia invitándolo a sentarse. Don José, rechazando la invitación solo le hace saber que el asunto que lo trae es breve, así que le plantea la situación de los linderos en El Serranito esperando encontrar la solución a la sublime invasión que el uno hacia del otro, con el lenguaje pausado, recto y amigable, don José expresa su desconcierto ante los hechos pues él considera que la amistad entre ambos es lo suficientemente fuerte, añeja y respetuosa como para no llegar a un acuerdo.

Don Nato, que rascaba la punta izquierda de su bigote y miraba como mira aquél que desconoce al que conoce le dice: “Mira José, no puedes venir aquí así nomás y decirme eso, ora; pus yo te voy a consejar, cuando estés conmigo quítate el sombrero que no estás con cualquiera, tás con el Prisidente Municipal”.

Don José, indio al fin, decide orgulloso abandonar el recinto no sin antes expresarle su decepción por el amigo y le pide que olvide su visita, que él sabrá arreglar las cuestiones del lindero.

Al llegar a su casa, don José se desahoga con el mayor de sus hijos sobre lo que acababa de acontecer pero le hace notar que no desea una afrenta ni desquitarse por la humillación que ha recibido, así que le pide a su hijo Pablo no acrecentar la situación pues no se quieren problemas y mucho menos con el Presidente Municipal.

Pero el tiempo pasó y no curó aquél sentimiento en Pablo Gómez, sí, dicen que “el tiempo todo lo cura”, pero hay cosas que ni cura, ni borra, ni arranca, ni abandona en el olvido. Total, las circunstancias hacen que un día; cuando don Nato ya no era el mero mero, se encuentren los dos, solos en la sierra, sin testigos ni escritorios de por medio.

El saludo de Pablo fue con el puño derecho, y don Nato, sorprendido y medio mareado le dice: “¡caramba pablito, pus qué pasó, o qué no semos amigos!”, y el otro enfurecido le responde: “¡amigos madres!, y cuando me hable quítese el sombrero”.

LOS PAMES


Este grupo social abarcó desde el Norte hasta el Suroeste del actual territorio tamasopense, considerado como una sociedad fronteriza entre Mesoamérica y Aridoamérica, con costumbres nómadas y bajo nivel cultural es, “catalogado” como parte de los muchos grupos que transitaban por los amplios territorios de la actual zona media potosina.

Estos grupos no desconocían la agricultura, la practicaban pero solo temporalmente, siempre acondicionados por las circunstancias del ecosistema que los albergaba, de ahí que, el constante movimiento en pequeñas masas era vital para su sobrevivencia.

Combinado a la agricultura de temporal se encontraba la cacería y la recolección, quehaceres que regían la dieta de estos seres.

La constante migración en busca de satisfactores alimenticios no les permitió ser un pueblo constructor como los mesoamericanos, ese flujo; parte de su esencia, enriquecía notablemente sus conocimientos del medio para obtener de él, el máximo provecho.

Uno de los alimentos que obtenían mediante un sencillo proceso con caliza fue el de elaborar el fruto del chamal, amasarlo y cocerlo para adquirir una especie de “tamal” a la que hoy en día se le conoce como “gorditas de chamal”. El maíz tostado y edulcorado y algunos frutos silvestres fueron parte de su nutrición básica.

A diferencia de otros grupos asentados en la Meseta del Río Verde, nuestros pames solo eran testigos de la riqueza agrícola que en aquellos florecía, grupos beneficiados por afluentes permanentes de agua que lograron cierta estabilidad y sedentarismo, zona con abundantes cúes y cerámica prehispánica; característica nula en la región pame tamasopense.

Cuando lograban estacionarse en un sitio, construían sus casas con varas y palmas; materiales que el medio les proporcionaba y que utilizaban para resguardarse del inclemente estado del tiempo. Era en este momento en el que elaboraban sus utensilios domésticos, recipientes de hoja de palma y algunos de barro para cocinar sus alimentos; mismos que eran abandonados cuando iniciaban su traslado hacia otro sitio.

Al carecer de vestigios en esta zona, es difícil concretar argumentos que nos proporcionen una identidad cultural plena, a pesar de que hoy en día aún existen como grupo social, en el transcurso del tiempo y su constante contacto con la “civilización occidental” los han hecho perder su historia, sus costumbres, tradiciones y sus creencias religiosas.

En el aspecto religioso, creían en el Dios del Trueno, al cual representaban con una serpiente antropomorfa; muy posible adquirida o tomada de la visión mesoamericana de Quetzalcóatl, esta divinidad la asociaban con las lluvias y la fertilidad.

HUASTECOS EN TAMASOPO


En la región de los valles municipales localizados al Noreste, Este y Sureste, cerca de los afluentes de agua, se establecieron grupos de huastecos, de ello, abundan restos arqueológicos que lo confirman, cúes, fragmentos de cerámica y bellas piezas zoomorfas indican claramente que estos grupos no solo incursionaron en el actual Tamasopo, sino que, permanecieron por algún tiempo en el.

Gran número de estos restos han sido mutilados, tristemente mancillados por incultas manos que pretenden arrancarles tesoros materiales inexistentes, acabando con el legado prehispánico del que es poseedor esta nuestra comunidad; los cúes que se encontraban entre los valles que van desde Tamasopo hasta Agua Buena y Tambaca son los afectados por esa ambición desmedida y desaliñada.

Como las distancias entre un punto y otro son considerables, por ejemplo, de la periferia de Damián Carmona; en donde existe todo un complejo de cúes, hasta Tambaca o hasta las planicies de El Trigo, es factible suponer que estas pequeñas congregaciones eran en realidad pequeños señoríos independientes, gobernados o dirigidos por una sola persona quien al morir heredaba el cargo a su primogénito, pequeñas congregaciones dedicadas al cultivo agrícola y a la pesca.

El momento de la incursión a estas tierras por parte de los huastecos, se presenta en el período Clásico mesoamericano, cuando éstos se adentran desde las llanuras costeras potosinas hasta el Altiplano de San Luis Potosí, creando con ello corredores comerciales que les permitiría ser influyentes y receptores de rasgos culturales distintos a los propios.

Probablemente, los grupos huastecos que incursionaron a la zona media potosina, pronto se vieron aislados del resto de la zona huasteca, pues la región de la Sierra Madre Oriental fue ocupada por hostiles y agresivas agrupaciones semi nómadas, no así, aquellos que se asentaron a partir del Noreste y Sureste del actual Tamasopo en donde estas congregaciones mantuvieron continuo contacto con la zona huasteca de la costa; un acercamiento comercial y de aculturación que se fue manifestando en la cerámica elaborada por estos pequeños señoríos.

En el Clásico Tardío o inicios del Posclásico, es cuando estos grupos habían asimilado conceptos de otros grupos culturales mesoamericanos, incorporando nuevos elementos a su cultura, proyectándolos sobre todo en los relieves de sus pequeñas construcciones o en pinturas de bajo relieve.

Esta asimilación cultural, por ejemplo en la religión, se plasma con la representación de Ehécatl portando entre su indumentaria un pico de ave para magnificar su dominio sobre el viento, dios del viento y de la lluvia, deidad estrechamente vinculada con Quetzalcóatl.

Hace algunos años, en las afueras de Tambaca, se encontró una excelente pieza que representa precisamente a Ehécatl con su pico soplador del viento, esta piedra de exquisita belleza contiene además símbolos concretos de maíz y agua.

Las puntas de flecha elaboradas con obsidiana así como objetos punzo cortantes, indican una ligera actividad de caza, aunque es de suponer que instrumentos como el arco y la flecha eran utilizados más como herramientas bélicas; más si consideramos que estas congregaciones se ubicaban precisamente en terrenos inmediatos a la región Pame, en donde el tránsito de grupos inquietos y agresivos fue constante aún en tiempos coloniales.

Sobre el abandono de los huastecos de esta región, solo podemos especular, quizás migraron por los constantes asechos de grupos nómadas fronterizos, también las inundaciones provocadas por las constantes lluvias pudieron haber ejercido cierta influencia.

CONFORMACIÓN MUNICIPAL


El municipio de Tamasopo se compone de localidades que a lo largo y ancho de su territorio ostentan una gran riqueza geográfica, ya sean pequeñas congregaciones, ranchos, rancherías, ejidos, Delegaciones y pueblos, todos ellos se encuentran estrechamente ligados y vinculados por las actividades primarias económicas, por fuertes lazos culturales y sociales, unión que les permite compartir el legado histórico del que es poseedor este magno municipio.

Con la firme convicción de ir entendiendo y penetrando en el Tamasopo y sus regiones, presentamos las siguientes enumeraciones de las localidades que conforman el actual municipio de Tamasopo; solo se citan aquellas que cuentan con 10 casas o más.
Zona Sierra Gorda: Agua Puerca, La Manzanilla, Los Cuates, Rancho Nuevo, El Nogalito, Sabinito Quemado.
Zona de Transición: Copalillos, Cuesta Blanca, El Huizachal, La Palma, Rincón de Ramírez y Tierritas Blancas.
Zona Sierra Madre Oriental: Buenavista, Carrizalito de Trompetero, Cebadilla, El Cafetal, El Carrizo, El Clarín, El Divisadero, El Entronque, El Naranjito, El Trigo, El Varal, Joya de la Esperanza, Joya de los Novillos, La Gavia, Laguna de Gómez, Lagunita de San Francisco, La Mohonera, La Palmita, Potrerillos, Pozo de Saúz, Providencia, Puerto Verde, Rancho Nuevo (2), San Andrés de los Limones, San Miguel, San Nicolás de los Montes, Santa Isabel, Santa María Tampalatín, Santa Rosalía, Tampasquín y Tanque del Borrego.
Zona de Pliegues: Abras del Corozo, Cabezas, California, Campamento Alfa, Damián Carmona, El Aguacate, El Carpintero, El Chino, El Huamuchil, El Huizache, El Mirador, El Saucillo, Emiliano Zapata, Las Joyas, Los Cuates y San Jerónimo.
Zona de Valles: Agua Buena, Capuchinas, El Naranjo, El Veinte de Noviembre, Kilómetro 470, La Copa, La Esperanza, San José del Viejo, Santa Elena, Tamasopo y Tambaca.

Esta segmentación es orográfica y no cultural o de población, dicha fragmentación corresponde al relieve predominante en el cual se ubican citadas comunidades; cada zona posee un ecosistema singular que a la vez es frontera con el subsiguiente.

En la naturaleza todo es proporcional, o dicho de otra manera, son los medios y recursos naturales quienes rigen el flujo de las actividades humanas, así encontramos en la Sierra Gorda un panorama áspero e inadecuado para actividades económicas, en la zona de transición los bosques de encinos y la flora en general, son provocadas por una humedad suficiente para el cultivo de autoconsumo, la zona alta de la Sierra Madre Oriental es quizás el área más húmeda, las precipitaciones fluviales son constantes pero presentan un fuerte escurrimiento visible en la zona de pliegues; el espacio siguiente en nivel descendiente. Por último la zona de los valles, en donde suelen acumularse los excedentes de humedad beneficiando y propiciando monocultivos a grandes escalas.

sábado, noviembre 15, 2008

FRAUDE ELECTORAL (anécdota).


En los albores de la participación plural en la búsqueda del acceso al poder administrativo, el Partido Acción Nacional incursiona con la candidatura del reconocido fotógrafo Francisco González Terrazas; mejor conocido como “Govinda”. Consciente de lo difícil de la empresa, realiza una austera campaña proselitista en el municipio.

Llegado el día de la votación, recibe los resultados de la contienda por algunos de sus colaboradores que fungieron como representantes en las casillas receptoras, se concentraron en las oficinas del partido e iniciaron a comentar el proceso; mientras llegaban el resto de los resultados. La casilla electoral de Los Cuates estuvo encargada a Leobardo Resendiz, quien al llegar con la papelería comenta emocionado: - “¡verdad que si faltan boletas podemos anular las votaciones!” La respuesta fue un seco - “sí, habría que checarlo”. Con el rostro iluminado y conteniendo la alegría, deja los papeles sobre el escritorio principal y ocupa una de las sillas y se sienta a esperar.

- “¡Es increíble, no sacamos ni un solo voto en Los Cuates!”, “esto indudablemente es un fraude, ni el voto tuyo aparece; a ver, pásame el acta para ver que dice … hm, sí todos los representantes firman que hace falta una boleta”.

- “¡Ya vez Pancho, podemos anular las votaciones, hace falta la boleta!”

- “Bueno si, hace falta pero, no pasa nada; es una boleta”.

- “¡Sí pero es la mía y aquí la traigo como prueba!”

jueves, noviembre 13, 2008

MADRE FUTBOLISTA (anécdota).


En un tiempo, recuerdo excelentes encuentros deportivos en la Colonia Nuevo Agua Buena, sobre todo de fut bol. La Liga Municipal se encontraba en su máxima expresión, el encuentro entre la Sección 86 y el equipo de los Empleados de Confianza del Ingenio despertaba no solo el morbo sino algo más.
La gente acudía siempre para apoyar a los verdes, a los muchachos locales, pero también habría que decirlo, acudía cada vez que jugaban los Empleados; para vituperarlos, para desahogarse inconscientemente de la indirecta relación obrero-jefe.
El portero del equipo rival era el jefe de relaciones industriales de la empresa; Mariano Amed Yado Núñez, personaje detestado por la porra singular que amenizaba cada fin de semana los partidos. Sin pretender minimizar la capacidad lúdica, el señor Amed en verdad era mal portero; pero pues era el jefe.

Con ese antecedente emocional entre los obreros y los empleados de confianza, la disputa era buena, divertida, emocionante; eufórica. Siempre concluía el encuentro en goleada.

Por cada gol que metían los de la Sección 86, se escuchaba de entre la porra un grito que decía: “¡Quién te enseñó a porterear, hijo de la chingada!, y la respuesta del señor portero era: ¡Tu chingada madre!

La primera ocasión que escuché aquello, no me espantó; pero si consideré un atrevimiento innecesario. Sin embargo, un amigo me comentó que era un “pleito verbal casado”, pero que de ahí no pasaba; palabras al viento.

En cierta ocasión, la escuadra de los Empleados se enfrentaba a un equipo foráneo, entonces, el papel de la porra no fue tan agresivo. De esas jugadas increíbles, el arco local se vio acechado constantemente en breves instantes, el balón pegaba en el poste, rebotaba para caer en los pies rivales y volvían a estrellar el tiro, ahora sobre la masa corporal del portero quien sin reaccionar se convertía en decoración estética de la escena, así, en que entra o no el balón, el señor Amed movía bruscamente sus brazos para distraer al contrario e intentar ganar tiempo con la maniobra; dirían los especialistas comentaristas: “le achicaba los espacios”.

Como hubiese sido, al final de la escena el portero se queda con el balón entre las manos y su acción arrancó aplausos de reconocimiento de la feroz concurrencia que solía acosarlo. Se escucharon vivas y elogios de su repentina y fortuita capacidad, pero también se volvió a escuchar aquella misma voz de siempre: “Ahora sí, dime quién te enseñó a porterear, hijo de la chingada”.

FRIJOLES A LA CHARRA (anécdota).


Cenobio Vázquez Tovar, vecino de Tambaca, ampliamente conocido como “La Charra”, es un hombre que gusta por los gallos y el astro de los deportes. De esos aficionados que son capaces de dejar los frijoles en la lumbre para asistir a presenciar un buen encuentro.

Acudía a Ciudad Valles en compañía de Mariano Aguilar para disfrutar como espectadores de un llamativo cartel, en el momento, se solía también invertir sumas pequeñas; al azar, como para ponerle una emoción extra al juego. Total que, al término de la jornada recreativa decidieron ir a comer al “Rincón Huasteco”, llegaron al sitio y al tomarles la orden Mariano pide carne y agrega: “y me traes unos frijoles a la charra”.

Inmediatamente, Cenobio indignado, expresa: ¡no me chinges, yo también quiero carne!

DE LECTORES A LECTORES... (anécdota)


Costumbre don Nato tenía, cuando recibía visitas en su oficina particular, abrir cualquier periódico e intentar impresionar a su interlocutor aparentando encontrarse inmerso en la lectura del diario; en esos días don Nato no sabía leer ni escribir.

Fueron muchas las ocasiones en las que repetía su “estrategia intelectual”, sin embargo, también, en muchas otras, cometía pequeños errores propios de la rapidez de la estrategia.

La más común deficiencia en su actitud lectora era, tomar el diario y colocarlo de manera inversa, y así, incontables ocasiones, guardar amargo silencio cuando se le hacía notar su error.

En una de tantas, exclama ante su visitante y le dice: ¡caray, mire usted! ¡que encontronazo se dio este carro; quedó llantas pa’ rriba! A lo que le responde: Don Nato, tiene usted el periódico al revés. En otra ocasión, entra apresurado su secretario para comunicarle la proximidad de un Secretario del Gobierno Estatal, entonces don Nato, con la rapidez poco acostumbrada, toma el diario y placidamente se acomoda en su silla para esperar la entrada del personaje quien al ver al señor Presidente lo saluda y pregunta la clásica e informal cuestión de “qué está usted haciendo, don Nato”, a lo que nuestro peculiar mandatario contesta: “aquí mi amigo, informándome como esta el mundo”, entonces con una ligera risa, el otro le responde: “Seguramente de cabeza, verdad don Nato”.

Y así, don Nato se fue percatando de que ese pequeño error lo delataba. Eso, lo enfurecía, más cuando se le hacía notar su equivocación; entonces se ponía con un tono en la piel bastante clorofílico.

Así, con el agrio carácter, producto de la trillada estrategia y su deficiente aplicación, recibe a un humilde tamasopense que inocentemente le menciona aquello que tanto le molesta, ¡don Nato, tiene usted el periódico al revés!, a lo que el otro encolerizado y sudoroso hasta los párpados exclama: ¡bueno y qué, cada quien lee como puede! ¿o no?

DE INEPTO (anécdota).


Transcurrían los días de las costumbres ceremoniales del priísmo en sus eventos realizados con la convicción de afianzar su capital político, en Ciudad del Maíz se desarrollaría nutrida reunión en donde la concurrencia podría ver y con algo de suerte, estrechar la mano sudorosa de algún político “pesado”, asamblea regional que convocaba la asistencia de personalidades de algunos municipios; entre ellos el de Tamasopo.

El evento inició sesenta minutos después de la hora programada, entre aplausos, vivas, duros y edulcorantes discursos terapéuticos, el tiempo pasmoso avanzaba, la concurrencia como en eso casos; desesperadamente callada, soportando el calor y los olores indiscretos que denunciaban desayunos presurosos, propios de un día agitado.

El recinto, inconvenientemente insuficiente. La mayoría de los presentes se encontraban de pie, mientras que los pocos invitados de honor en las contadas sillas predispuestas para ellos.

Es bien sabido que, algunos políticos pretenden hacer creer al auditorio su sencillez, su condición de común, auto otorgándose baños de pueblo apareciendo entre ellos como uno más, pues bien, así sucedió con don Nato, nuestro Presidente Municipal en esos días.

Para variar, don Nato llegó tarde al evento y como pudo, se abrió paso entre la compacta concurrencia y no faltó quien lo reconociera.

- ¡Don Nato!, ¿usted por aquí?
- Shhh, ¡cállese!, ¡no ve que vengo de inepto!

martes, noviembre 11, 2008

EL VERDE NO ES FRONTERA


El río Verde concluye su curso uniéndose al río Santa María formando un ángulo conocido como “Ojo Caliente” en geografía tamasopense.
Se ha repetido infinidad, que el límite entre los municipios de Tamasopo y Santa Catarina es el Verde; nada más errado, es más, el Verde ni verde es.
En su recorrido de Suroeste a Sur, en el segmento entre Santa Catarina y Tamasopo, el curso del río se adentra en ambos territorios de tal manera que, suele en ocasiones, quedar completamente en la geografía de uno de ellos. Por ejemplo, El Agorrozo, pequeña comunidad al Norte del río; antes de llegar a Tanlacú, pareciera que pertenece a Tamasopo pero no, los límites aún quedan varios cientos de metros antes; aquí el Verde está completamente dentro de Santa Catarina.
Sin embargo, por alguna razón; o cerrazón, siempre se ha dicho que el verde nos limita.
Con entera relación a la historia de la educación municipal, en el siguiente oficio asoma en su contenido la actitud que asienta verdadera la frontera física; aunque los vecinos sostengan otra versión.
“Villa de Tamasopo, Diciembre 12 de 1937.
Sr. Dip. Rafael E. Anaya
San Luis Potosí.
Estimado amigo y compañero: Paso a informarle en definitiva el número de escuelas que vamos a aviar de Maestras con las diez que me indica tiene usted para disponer:
En Municipio de Santa Catarina: Guayabos, Santa María Acapulco (Tiene maestra, pero ya no puede trabajar), Anteojos, Santa Catarina (cabecera).
Municipio de Tamasopo: La Reforma (Tanlacú de este lado del río que Catarina reclama indebidamente, pues el río es el límite de los dos municipios), Rancho Nuevo (Ejido), Tambaca (Ejido), Santa María Tampalatín (Ejido), San Miguel.
Municipio de Lagunillas: Necesita la que sobra de las diez maestras.
Acompaño padrones.
Le acompaño dos actas en que se hace constar el trabajo del señor Ingeniero que fue a Tanlacú a tomar las medidas de la toma de agua para el molino.
También le adjunto un oficio que me gira el Presidente del Comisariado Ejidal de Santa María Acapulco y en mi concepto juzgo conveniente la venida de un Ingeniero para que haga el deslinde que se pide.
Respecto a mi opinión sobre la Escuela Regional Campesina, creo debe instalarse en Tanlacú, pues así se le dará vida a esa región y los vecinos gozarán de garantías que por ahorita están un poco escasos.
Termino repitiéndome su amigo atento y afmo. Compañero que le aprecia.
Mayor, Pedro Izaguirre”.

domingo, noviembre 09, 2008

OROGRAFÍA MUNICIPAL


El municipio de Tamasopo se encuentra ubicado en plena Sierra Madre Oriental, llamativos pliegues de ésta descienden hacia el Este y al concluir se forman los valles que han propiciado la principal actividad económica de la región, como característica principal, es en estos valles donde se proyectan los principales ríos para desembocar en el Santa María.
Existe la tendencia popular de nombrar las sierras y montañas que frente a sus comunidades se aprecian, sustantivos locativos que no migran oficialmente a la formalidad geográfica.
Al Suroeste del municipio inicia la Sierra Gorda, con un contraste muy peculiar con la cercana Sierra Madre Oriental, entre ambas, podemos definir una zona natural intermedia que gradualmente pierde verdor y cede la apertura a la semi-aridez, bosques de encinos y matorrales son lo típico que alberga el área de transición. La Sierra Gorda se puede apreciar desde Pozos Cuates rumbo con dirección de Sureste a Suroeste, incluyendo localidades como: Agua Puerca, La Manzanilla, Sabinito Quemado, Rancho Nuevo, El Carrizo, Sabinito de Orozco y un importante segmento de La Palma.
La referida zona de transición comprende áreas boscosas de hoja caediza a diferencia de la zona de la Sierra Madre Oriental en donde las características son perennes, comunidades como Copalillos, Cuesta Blanca, El Huizachal, El Nogalito, Rincón de Ramírez y Tierritas Blancas se encuentran dentro de éste ecosistema intermedio, aquí la altura sobre el nivel del mar varía desde los 700 a 900 metros.
Los puntos más altos del relieve municipal van desde Hierba Buena, Tepozán, Buena Vista continuando por San Nicolás de los Montes y Santa Rosalía, desde ahí se prolonga hasta Verástegui y Balcón, lo mismo se aprecia en Puerto Verde, Cebadilla, El Naranjito, Santa Isabel, La Gavia y San Andrés de los Limones, con una altura promedio de 900 metros. Podemos describirla como una línea que se proyecta desde el Norte y se perfila hacia el Sur; aunque con cierta inclinación hacia el Oeste, llegando hasta El Trigo. Región boscosa en donde predominan distintas variedades de encino.
Área de Pliegues, en este sub relieve la presencia de suaves ondulaciones del terreno son notorias y en su interior la abundancia de “palmas micheras”, palo de rosa, aquiche, cedro, huizache, carnizuelo y corozo . Se trata de un cinturón natural que mantiene una distancia desde uno a tres kilómetros después de los cursos hidrológicos, con un contenido biótico muy similar al de los valles. Se pueden observar un buen número de brotes de agua desde Abras del Corozo hasta concluir en el Ejido Cabezas. El Chino, El Carpintero, Los Cuates y El Saucillo forman parte de éste relieve.
Los sencillos valles se ubican al centro del municipio, así igual desde el Noreste hasta el Sureste; se trata de espacios bajos con un promedio de 310 a 360 metros sobre el nivel del mar, el relieve plano se presenta cercano a todos los ríos y arroyos, esta por demás decir que representa la zona explotada en el monocultivo de la caña de azúcar. Aquí se han asentado las poblaciones más importantes; económicamente hablando, Tambaca, Tamasopo, Agua Buena y Damián Carmona.
En total, cinco áreas geográficas: La Sierra Gorda, Área de Transición, La Zona Boscosa, Área de Pliegues y los Valles Centrales.

AGUA PUERCA


Comunidad indígena ubicada al Suroeste del municipio, cuenta con 354 habitantes, de los cuales 188 son hombres y 166 mujeres. Con una altura de 1100 metros sobre el nivel del mar, Agua Puerca es un pueblo bilingüe y para llegar a el habrá que abordar la carretera de terracería que inicia a la altura de Tierritas Blancas, sobre el tramo Vicente Guerrero – La Palma. 8 kilómetros de éste último punto hasta concluir en este lejano paraje del municipio.
Los amaneceres son espectaculares, observar como el rocío se disipa ante el arribo de los rayos solares, pasando de un ambiente de oscuridad y penumbra de la madrugada a un esclarecedor día, mirar detenidamente a la flora local como atrapa la humedad de la neblina y cómo los primeros rayos del Sol delatan la estrategia de sobrevivencia, igual con el pequeño lagarto azul que atrapa cuanto puede de agua con su escamosa piel.
La comunidad se encuentra dentro del Ejido de La Palma, su autoridad civil está representada por un Juez Auxiliar, cuenta además con autoridades tradicionales paralelas.
Debido a la aridez, los cultivos son precarios y de autoconsumo, se limitan a maíz y frijol; en escasas áreas cercanas a cursos hidrológicos intermitentes, el relieve predominante es montañoso con clima seco, la vida vegetal es de típico matorral: chamal, palma, bejucos, nopales, biznagas, cactáceas, copalillo, entre otros.
La mayoría de los jóvenes y adultos hombres se dedican a laborar como cortadores de caña de azúcar durante el tiempo de zafra en los campos agrícolas abastecedores del Ingenio “Alianza Popular” de Tambaca, al concluir ésta, migran a regiones pecuarias en donde la pizca de vegetales les brinda la oportunidad de empleo durante dos meses en promedio; para otros tantos meses se dedican exclusivamente a sus faenas de autoconsumo.
Suelen abastecerse de víveres esenciales en La Palma a la cual prefieren acceder mediante una sencilla vereda entre la sierra, travesía predilecta que en pocos minutos transitan sin dificultades.
La ganadería es sumamente precaria e igual, de autoconsumo. Pequeños núcleos de ganado caprino, ovino y aves de patio.
La actividad artesanal carece de demanda, utensilios burdos y poco atractivos estéticamente son producidos; principalmente de barro cocido y palma tejida.
Cuenta la comunidad con centros escolares bilingües, Educación Inicial “Josefa Ortíz de Domínguez”, Jardín de Niños “Francisco I. Madero”, Escuela Primaria “20 de Noviembre” y Telesecundaria “Julián Carrillo Trujillo”. En 2003 arriba a la comunidad “Herramientas para el Desarrollo A.C.”, agrupación altruista que respalda a las instituciones educativas con material didáctico gratuito y que, desarrolla un arduo proyecto de atención integral en toda la zona alta de la pamería.
En ésta, como en el resto de las comunidades indígenas, el Comité Escolar interviene directamente en muchas de las actividades comunitarias; convirtiéndose los centros educativos, con ello, en factor clave para el desarrollo de la localidad misma.

La vivienda típica es como el resto de la pamería, una habitación rectangular o cuadrada edificada con varas largas, entreveradas, sobre ellas se colocan rocas de tamaño regular de tal manera que se convierten en paredes sólidas que suelen revestir con barro. Esa área habitacional es a la vez, cocina-comedor y dormitorio. El techo originalmente de hojas de palma han sido suplidas en la actualidad por láminas galvanizadas y se pueden apreciar construcciones de materiales más duraderos en familias mestizas.
Agua Puerca es la cuarta comunidad en importancia dentro de la zona indígena del municipio, le anteceden La Palma, Cuesta Blanca y Puerto Verde.
La pequeña ranchería cuenta con energía eléctrica, para el abasto de agua poseen un depósito compacto de roca y cemento que las autoridades municipales continuamente, mediante pipas, intentan suministrar.

SOLICITUD DEL “ALIANZA POPULAR”

“SOLICITUD de concesión para aprovechar en uso industrial las aguas del río Tamasopo, municipio del mismo nombre, S.L.P.   Al margen u...