viernes, noviembre 28, 2008

LOS PAMES


Este grupo social abarcó desde el Norte hasta el Suroeste del actual territorio tamasopense, considerado como una sociedad fronteriza entre Mesoamérica y Aridoamérica, con costumbres nómadas y bajo nivel cultural es, “catalogado” como parte de los muchos grupos que transitaban por los amplios territorios de la actual zona media potosina.

Estos grupos no desconocían la agricultura, la practicaban pero solo temporalmente, siempre acondicionados por las circunstancias del ecosistema que los albergaba, de ahí que, el constante movimiento en pequeñas masas era vital para su sobrevivencia.

Combinado a la agricultura de temporal se encontraba la cacería y la recolección, quehaceres que regían la dieta de estos seres.

La constante migración en busca de satisfactores alimenticios no les permitió ser un pueblo constructor como los mesoamericanos, ese flujo; parte de su esencia, enriquecía notablemente sus conocimientos del medio para obtener de él, el máximo provecho.

Uno de los alimentos que obtenían mediante un sencillo proceso con caliza fue el de elaborar el fruto del chamal, amasarlo y cocerlo para adquirir una especie de “tamal” a la que hoy en día se le conoce como “gorditas de chamal”. El maíz tostado y edulcorado y algunos frutos silvestres fueron parte de su nutrición básica.

A diferencia de otros grupos asentados en la Meseta del Río Verde, nuestros pames solo eran testigos de la riqueza agrícola que en aquellos florecía, grupos beneficiados por afluentes permanentes de agua que lograron cierta estabilidad y sedentarismo, zona con abundantes cúes y cerámica prehispánica; característica nula en la región pame tamasopense.

Cuando lograban estacionarse en un sitio, construían sus casas con varas y palmas; materiales que el medio les proporcionaba y que utilizaban para resguardarse del inclemente estado del tiempo. Era en este momento en el que elaboraban sus utensilios domésticos, recipientes de hoja de palma y algunos de barro para cocinar sus alimentos; mismos que eran abandonados cuando iniciaban su traslado hacia otro sitio.

Al carecer de vestigios en esta zona, es difícil concretar argumentos que nos proporcionen una identidad cultural plena, a pesar de que hoy en día aún existen como grupo social, en el transcurso del tiempo y su constante contacto con la “civilización occidental” los han hecho perder su historia, sus costumbres, tradiciones y sus creencias religiosas.

En el aspecto religioso, creían en el Dios del Trueno, al cual representaban con una serpiente antropomorfa; muy posible adquirida o tomada de la visión mesoamericana de Quetzalcóatl, esta divinidad la asociaban con las lluvias y la fertilidad.

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