jueves, enero 15, 2009

EL BARCO POPULAR


Existe en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, un Barrio costero llamado Boca, ampliamente visitado por turistas de todo el mundo, uno de sus atractivos son las casas de sus habitantes y los comercios de sus calles; aparte del estadio de fut bol de renombrado equipo nacional. Cuenta la tradición local que el origen del peculiar estilo pictórico del sitio tiene un origen singular, Boca, barrio de inmigrantes pobres que asentados en las márgenes del río Riachuelo, al ser de escasísimos recursos económicos no podían adquirir la pintura para aplicarla en los exteriores (e interiores) de sus casas; así que aprovechando que en el área anclaban los barcos para su reparación, ellos tomaban los sobrantes de las pinturas, sin importar la cantidad, y la aplicaban en sus fachadas, obteniendo como resultado un obligado colorido moldeado por la imaginación y por la cantidad adquirida.
No hace muchos años, el Ingenio “Alianza Popular” era un gran barco anclado permanentemente, de el se extraía alcohol, grasa, aceites, estopa, esponjas, herramientas, hierros, azúcar y pintura; además de cuanto se necesitara en lo particular.
Muchas casas tanto en Agua Buena como en Tambaca, se pintaban con tintes extraídos del complejo industrial, así que, a simple vista se sabía el origen del colorido exterior; algunos más, pretendiendo ocultar lo que todo mundo sabía, empezó a combinar diferentes pinturas para obtener insólitos, extravagantes e increíbles colores, al cuestionárseles sobre el sello comercial respondían con sonrisa amigable: “marca Alianza”.
Claro, dando a entender “Alianza” por el nombre de los productos que generalmente se adquirían en la Tienda Sindical. Leche, jabones, aceite comestible, papel higiénico, productos enlatados, entre muchos otros.
Se entiende que dado las deficiencias en una interna vigilancia, originaban estas actitudes. Pero aún con ellas, el ingenio provocado por la necesidad carece de límites.
En Agua Buena, en aquella industria, a finales de los años 60`s del siglo recién abandonado, la supervisión era estricta y muy difícil intentar sacar algo ajeno; pero no contaban con la astucia de quienes se obstinan por lograr sus propósitos. Sabrá usted que circulan algunos canales de agua en el interior del Ingenio y que salen al exterior conduciendo, en aquél entonces, desechos. Pues utilizando éstos canales, estos intrépidos malandrines acondicionaban pequeñas tablas que fungirían como medio de transporte y sobre ellas colocaban artículos propiedad de la empresa, todo se hacía por la noche, mientras uno partía la especial embarcación otro la esperaba afuera.
La estrategia con el tiempo fue descubierta y un número alarmante de involucrados pagaron las consecuencias de sus actos.
No hace mucho, alguien inspirado en aventuras de Hollywood, intentó una misión imposible
al introducirse al “Alianza Popular” por el largo conducto del drenaje que concluye en el río, para ello acondicionó una tarima con ruedas que colocada en el interior de las alcantarillas libraba el flujo residual y brindaba confort, el error, lo cometió al hacer demasiado ruido ya en sus maniobras de extracción así que cuando salió al extremo de entrada con parte de su botín ya lo esperaban para apresarlo.
Bueno, en fin, este barco inmenso azucarero, estuvo proporcionando materiales a la ciudadanía; claro que aquí no fue a raíz de las mismas razones que en el viejo Barrio de la Boca, ni tampoco, algo que despertara un orgullo frente al turismo visitante.

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“SOLICITUD de concesión para aprovechar en uso industrial las aguas del río Tamasopo, municipio del mismo nombre, S.L.P.   Al margen u...