domingo, septiembre 21, 2014

RECONOCIMIENTO MILITAR


“SECRETARIA DE GUERRA Y MARINA.

Al C. Leobardo Juárez
Soldado del 17 Regimiento Auxiliar de Caballería.

Para su conocimiento y satisfacción, y acatando superiores instrucciones del C. Presidente de la República, dirijo a usted el presente oficio manifestándole que tanto el propio Primer Magistrado de la nación como esta Secretaría de mi cargo, le expresan su agradecimiento por los oportunos e importantes servicios que prestó cooperando desinteresadamente con las tropas del Gobierno en la última campaña contra los elementos indignos del Ejército Nacional que, encabezados por Manzo, Escobar y Socios, ensangrentaron el suelo de la Patria en una lucha sin principios que pasará a la posteridad como la más inmoral e injustificada de cuantas registra nuestra historia; así como también en la campaña que se desarrolla en contra de los fanáticos, en la que tomó usted parte muy activa castigando a los enemigos de nuestras Leyes.

Es por esto que hacemos a Ud. patente nuestro agradecimiento por su patriótica actitud en bien de las Instituciones legítimamente constituidas, ya que el Gobierno conoció el valer de los ciudadanos que como usted están prestos en cualquier momento para su defensa y para garantizar la paz que tanto necesitan los pueblos para su engrandecimiento.

Reitero a Ud. mi atenta consideración.

SUFRAGIO EFECTIVO. NO REELECCION.

México, D.F., a 8 de Junio de 1929.
EL GENERAL DE DIVISION
SECRETARIO
Joaquín Amaro. Rúbrica”.

Joaquín Amaro fungía como Secretario de Guerra y Marina y se encontraba al mando de las fuerzas federales en contra del conflicto que estallara al grito de “¡Viva Cristo Rey!”, un amargo episodio de la historia nacional que surgiera de una tensa relación entre la Iglesia y el Estado desde la promulgación de la Constitución de 1917, y que, a partir de enero de 1927 se manifestaba en su aspecto más crudo y absurdo, zonas del país se rebelaron contra las medidas establecidas para el ejercicio de los cultos; obviamente encabezados por religiosos.

Las medidas extremas de Amaro logran contener momentáneamente el conflicto, empero, para 1928 resurge con más ímpetu; aunque en nuestra entidad potosina esas manifestaciones fueron literalmente “aplastadas” por Saturnino Cedillo y su ejército de agraristas, pero en otros Estados la lucha continuaba, surgiendo, en marzo de 1929, en forma paralela un movimiento en contra del gobierno, encabezado por los Generales Francisco Manzo y José Gonzalo Escobar quienes reciben el apoyo de los jefes militares de Chihuahua, Coahuila, Durango y Sonora, derogando las Leyes de Calles y pretendiendo encausar la lucha cristera. Plutarco Elías Calles es nombrado entonces, por el Presidente Interino de México, Emilio Portes Gil, como Secretario de Guerra y Marina y combate personalmente a los rebeldes derrotándolos, de esa forma, dirigen las baterías hacia el Oeste del país, zona controlada por los cristeros.

En Junio de 1929, se conjura la culminación del conflicto, con las negociaciones entre la Santa Sede y Calles, por intermedio del embajador norteamericano Morrow y, para el día 22 del mismo mes, se publican los acuerdos, suspendiendo la Ley de Calles, otorgando amnistía a los rebeldes, restituyendo Iglesias y permitiendo el culto, así la guerra cristera culminaba y aquellos empiezan a deponer las armas sin entender lo que había sucedido.

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