LADRÓN INSÓLITO (Anécdota)

Lo que usted va a leer a continuación, es un extracto del tema sobre Módulo de Seguridad y Vigilancia en Tambaca, incluido en el libro “Diario de una Crónica Municipal”, edición 2007.
En la página 118 del citado libro podrá encontrar el texto original, de ello solo se extrae lo siguiente:
“Existen robos agresivos, brutales, de consecuencias irreparables, algunos dejan traumas, marcas y dolorosos recuerdos. Sin embargo, no hace mucho, se presenció uno que, me lo tienen que creer, bueno, testigos abundan del caso. Resulta que, la carnicería ubicada en el interior de la CONASUPER, en la Colonia de Tambaca, en plena luz del día y entre una multitud de gente que se encontraba en ese momento de compras y otro tanto en las afueras del centro comercial, pues, fue robada. El ladrón escurridizo se postró silenciosamente ante su objetivo, lo miró fijamente, giró a la derecha y después a la izquierda para cerciorarse de que nadie lo observara, y de repente logró atrapar el objetivo y salió tranquilamente ante las miradas atónitas que ya se habían percatado de lo que acontecía. Muy pocos se atrevieron a gritar “¡atrápenlo!”, “¡que no se vaya!”, sin embargo nadie se movió.

El ladrón no se si atemorizaba con su mirada a los presentes, el caso es que pasó por la sección de frutas y verduras, giró a la derecha y atravesó los pasillos, primero el de pastas y harinas, después el de productos enlatados y continuó por el de jabones. Al de vinos y licores no pasó, antes de ello, se perfiló a su izquierda para pasar a un lado de las cajas de cobro y esperó, tranquilo como si tuviese el absoluto control de la situación, a que alguien; quizás un cómplice, abriera la pesada puerta de acceso principal y salir como bala.

Esto que le comparto aconteció en escasos segundos. Bien, el ladrón abandonó el complejo comercial seguido por varios voluntarios valientes que presurosos intentaban darle alcance para someterlo o quitarle lo que no le pertenecía. Ignoro lo que sucedió después, solo poseo el comentario de personas que expresaron: “ni el polvo le vieron”, “sí, lo vimos pasar y corría como nunca”, “como que no querían alcanzarlo, se iban riendo”, en fin, se trató de un robo rápido, al parecer el ladrón actuaba sólo, los afectados solo se limitaron a decir: “mugroso perro. ¡Pero me lo habré de encontrar!”.