PONER EN CUARENTENA

Con éste término, habrá de designar la operación consistente en bloquear los movimientos de los operadores, promotores y activistas de su rival político. Para ello tendrá que identificar plenamente al equipo rival, no a los coordinadores, sino a la gente común y corriente encargada de la cargada tradicional; a ellos, mil favores, mil amarres y mil coqueteos.
Existen mil formas de aislar el ánimo político de esos activistas, enfríelos enviándoles constantes visitas, del compadre, la comadre, el ahijado, el sobrino, el hermano, la ex novia, el compañero de generación, del amor imposible; todos con el mismo objetivo, bloquearlo, si eso no funciona, solucione algunos problemas de los más allegados al objetivo, préstele dinero, consígale trabajo al hijo, evidencié algún pequeño enemigo de aquél para ganarse los favores, con prontitud acuda desinteresadamente en auxilio cuando la desgracia y la mala fortuna toque la puerta de algún promotor natural o tradicional del equipo rival.
De esa forma, le amarra las manos y lo inhibe a participar abiertamente, si el empeño es suficiente entonces aquél determinará no participar y eso, es ya ganancia.
Poner en cuarentena para que no infecte nuestros sanos y esperanzadores sueños políticos, crearle un encierro ficticio en donde las paredes serán las amistades y los favores, un aislamiento prolongado para que no trabaje sus activos y permita que otros agentes adheridos a nuestra válida y justificada causa; se coman el mandado.