miércoles, julio 16, 2008

CINEMA CAPRI 2000


El último de los cines en el municipio fue precisamente “Cinema Capri 2000”, sala de exposición del séptimo arte, centro de distracción y encuentro para los habitantes de Tambaca, espacio de risas, silencios, lágrimas y fugaces carcajadas.
Esta sala de cine no sobrevivió, igual que otras tantas, el letal golpe de la tecnología que entró a los hogares desplazando el gusto social por la comodidad individual que ofrecían las video caseteras y las antenas parabólicas.
Cinema Capri fue la pequeña empresa que Álvaro Castillo Castilla emprendiera en los años sesentas. Al estilo errante, se presentaba con su equipo de proyección en pequeñas poblaciones de los municipios de Alaquines, Cárdenas, Ciudad Valles, Lagunillas, Rayón, Tamasopo, Tampamolón Corona y Tamuín. En muchos de estos sitios llegó transportándose en el ferrocarril, una vez consolidado cierto capital, finca formalmente lo que sería “Cinema Capri 2000” en Tambaca; de esa forma, dedica los fines de semana a su cinema establecido y el resto de los días semanales continuaba con su ritmo foráneo.
Con el filme “El Pantano de las Ánimas” protagonizada por Gastón Santos, acompañado de su caballo “Rayo de Plata”, “Cinema Capri 2000” inicia una época que hoy en día solo forma parte de excelentes nostálgicos recuerdos. La proyección se ejecutó en un cinematógrafo de 35 milímetros, posteriormente, solo se usó uno de 16 mm.
Este edificio de cerca de 300 metros cuadrados contaba con doscientas butacas, unas elegantes cortinas contrastaban el amplio espacio de pantalla, los ventiladores de techo aminoraban las frecuentes elevadas temperaturas.
En la taquilla se encontraba Licha Bárcenas Barrón, en el acceso principal Enriqueta, la dulcería/refresquería fue atendida por Gloria y el “cácaro” fue Arturo, los tres; Martínez Fortanelli, ellos fueron parte vital de esta empresa que concluyendo la melodía de “Los jinetes en el cielo”; versión instrumental con estilo a cumbia, introducida al país por los yucatecos hermanos Ávila, conocidos como “Los Baby´s”, solían persignarse. No faltó un gracioso que escuchando el inicio del ícono rural anglosajón montara su caballo y se perfilara rumbo al cine, mostrando su bello animal, de ello la gente solo dice que “sus ojos eran negros con filo de metal”.
La programación era divulgada mediante potentes bocinas colocadas en lo alto del edificio propio, también, Filimón Javier Briones Castillo solía recorrer el pueblo en su vehículo: “Para el día de hoy, cinema capri le tiene preparado lo más selecto de la cartelera cinematográfica nacional, la mafia se enfrenta a los hermanos Almada. Mario y Fernando en una bonita cinta llena de emoción y de aventura, color, pólvora y venganza. Crímenes, asesinatos y muertes. No se lo pierda, solo hoy; y mañana también”.
La película que más concurrencia acaparó fue el melodrama “La Niña de la mochila azul”, producción mexicana de 1979 dirigida por Rubén Galindo y con un argumento de Carlos Valdemar, protagonizada por Pedrito Fernández y María Rebeca Alonso, durante varios días que permaneció la exhibición la capacidad del local se veía rebasada, cuenta Álvaro que hasta las sillas de su comedor tenía que sacar para que la gente pudiera estar sentada. Las lágrimas silenciosas fueron comunes pero nadie habla de ello.
“Cinema Capri 2000” fue también centro de convenciones, fiestas de XV años que duraban 5 o 6 horas, informes anuales que la Unión Local de Productores de Caña de Azúcar proporcionaba a sus agremiados; en esos años, “Cinema Capri 2000” era el único lugar apropiado para desarrollar este tipo de eventos en Tambaca.
Junto con El Avenida de Tamasopo, el Sindical de Agua Buena y el de Damián Carmona, fueron cómplices del brote incontrolable de emociones.

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