lunes, septiembre 19, 2011

ANCAS DE RANA


Uno de los platillos gastronómicos más suculentos, exóticos y difíciles de acceder, son las ancas de rana.
Tendencia surgida en Agua Buena en los años treintas con la emigración; especialmente la costera del Golfo de México.
Su captura furtiva es nocturna, con el auxilio de una lámpara de cacería se dirige el rayo de luz por los senderos en los que se considera que las ranas estarán, la luz se refleja vivamente en los ojos del anfibio; entonces, se enfoca la luz directo a los ojos del animalito saltarín para “encandilarlo”, de esa forma el individuo cazador se aproxima con sumo cuidado y cuando se encuentra a menos de un metro, impacta con fuerza suficiente, un certero golpe con el “costado” de un machete, de acertarle, el golpe solo la adormece, así que, por lo general, es tomada con rapidez y cercenada con el filo del mismo machete, para obtener solo el par de piernas y desechar el resto. Confieso que en mi vida, jamás he visto una rana de tan solo una o tres piernas.
La época de ésta furtiva actividad se presenta entre Mayo-Octubre; claro, exceptuando el temporal fuerte de lluvias de verano, siempre es importante evitar los días con “mucha Luna” ya que el efecto del rayo de la lámpara se opaca.
Los mejores espacios por caminar para coincidir con los anfibios son los bordes de los canales de riego entre los cultivos cañeros, orillas limpias de maleza.
Con un buen número de pares de piernas, al siguiente día, inicia la faena de limpiarlas. Se humedecen primero con un poco de agua para suavizar la piel, misma que es quitada con firmes jalones de las piernas hacia la punta inferior de la extremidad en donde es cortada para separarla, así se desecha la piel y su par de “pies”.
La etapa de reproducción se presenta con las primeras lluvias de temporada, en Julio. Así que, es muy común observar en charcos y canales a millares de renacuajos en pleno proceso de mutación.
El principal enemigo, sumado al cazador furtivo, es el uso de agroquímicos industriales en el monocultivo de la región, residuos que llegan a los canales de riego, en donde habitan las ranas, y merman constantemente la población nativa de las ranas; casi al punto del exterminio.
Las ancas, pueden prepararse de muy diversas formas, igual, como complemento de algún platillo. Desde integrantes en las tradicionales enchiladas tamasopenses hasta en caldos, sopas, ensaladas, etc…
Aunque lo más práctico es dorarlas para acompañarlas con arroz y alguna sencilla ensalada.
Su carne es suave y con un sabor delicioso, su cocimiento es rápido y no conlleva grandes complicaciones en su previa condimentación.
En Agua Buena fue muy común su consumo, la generación de hace 60 años gustaba tanto de la actividad, al igual que la pesca con anzuelo, la cacería nocturna, las carreras en bicicleta y el noviazgo con las chicas del vecino Tamasopo.
Curiosamente, la población de origen Pame y muchos de sus descendientes, ven como horrendo éste consumo, de igual manera, en la Cabecera Municipal la solo idea les provoca nauseas, más no así a los de “éste lado del río”, basta con interrogar a la gran familia azucarera.

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