PROPICIANDO OBRAS

“C. Encargado del Cine.
Presente.

Teniendo esta Presidencia Municipal a mi cargo, el propósito de mejorar las calles de tránsito o cuando menos una de las de la Plaza, se ha acordado por esta Corporación hacer atenta invitación a usted como Representante del Cine, tenga a bien colaborar con esta Autoridad procediendo a completar la banqueta que hay frente a ese local y a ampliar o levantar el nivel de la otra para que tenga o presente buen aspecto la fachada de dicho local.

Esto a ser posible desde luego, ya que de un momento a otro se espera la venida del C. Gobernador del Estado y debe estar ya lista. Gracias.

Atentamente
Sufragio Efectivo. No Reelección.
Agua Buena, S.L.P. a 25 de Diciembre de 1942.
El Presidente Municipal
Pascual Martínez Trejo”.

Posible es que las nuevas generaciones en Agua Buena no ubiquen, específica la “Plaza” y cuando se menciona “Cine”. La “Plaza” no se refiere al Jardín “Rosendo G. Castro”, para esos días inexistente, se hace alusión al verdadero y auténtico centro, la Plaza “12 de Octubre”, rodeada en la parte Este y Sur de comercios establecidos. El Cine se ubicó precisamente en donde topa la actual calle “Pedro Montaño” y de ahí doblar rumbo a la pendiente que conduce a la Casa Hacienda.

En el oficio girado por el señor Martínez Trejo se hace la invitación al encargado del cine, al administrador en turno; pues tal cine pertenecía al Sindicato Nacional Azucarero Sección 86 y cada periodo administrativo se asignaba a un nuevo socio obrero el encargo, que, coadyuve para mejorar la imagen urbana, refiriéndose a la banqueta del propio cine que presenta un desnivel y, efectivamente, hasta hoy en día se aprecia tal obra, una banqueta seccionada en dos partes a desnivel y había una escalinata de concreto que desapareció cuando de concreto cubren la calle.

Para ese año, solo existía la sencilla banqueta que iniciaba en la turbina, pasaba frente a la cárcel y descendía ya en forma escalonada pegada al local comercial que perteneció a la empresa y que rento por muchos años al señor José María Torres, así que la obra de la banqueta y los escalones frente al cine complementaban la infraestructura de concreto antes de arribar a la Plaza; la escalinata que asciende rumbo al Sagrado Corazón data de los años sesentas.

Pues bien, las pequeñas obras en Agua Buena están ligadas enormemente al esfuerzo y contribución directa de los obreros azucareros, todas, sin excepción alguna; claro siempre con el apoyo del Ingenio azucarero, podemos entonces afirmar que ellas son parte del legado histórico de la grandeza azucarera que pregonamos orgullosos y resulta que hoy, en actuales días las autoridades municipales de la noche a la mañana planean desaparecer el Kiosco del “Rosendo G. Castro” solo bajo el argumento estético, indudable, un golpe no solo a nuestra inteligencia sino al glorioso pasado de la familia azucarera.